SANTONASTACIO: Lo Fortuito en el Oficio

Exposición de grabados y poemas de Magda Santonastasio: serie “Cartas a un búho”. 12 piezas en aguafuerte. Café del Teatro Nacional. Del 4 al 21 de febrero, de 1986, de lunes a domingo.
           
En el pasado ha sido relativamente común que autores plásticos que se expresan con libertad y rapidez mediante la acuarela con atmósfera nativa, modulen y afirman sustancialmente su concepto o intencionalidad plástica en el grabado en madera o metal, como es el caso de Francisco Amighetti y Ana Griselda Hine, para citar sólo los casos más notables.  

Sin embargo, contemporáneamente, los hay también que se introducen en el ámbito del grabado para responder mejor a demandas comerciales a partir de la reproducción posible con el medio de impresión, que poco o nada tienen que ver con el arte o con sus pretensiones.

En este sentido, es ilustrativo el caso de Magda Santonastasio (1937-2008), quien tras egresar de Bellas Artes en 1975 se ha ocupado principalmente en la docencia alterando con la práctica de la acuarela; domina la línea en sus representaciones figurativas de flores, paisajes y personas y la gama de grises con aguada.

Su obra se concretó buscando seguir, principalmente, los lineamientos técnicos y formales de la acuarelista fenecida, Margarita Bertheau, sin hacer su propio aporte formal, conceptual o temático a esa escuela nacional.

Ya en 1977 hace sus primeras incursiones en el grabado en metal dominado por el empleo del blanco y el negro, a modo de claroscuro, pero centrada en la exploración técnica propia de la aprendiz de un nuevo lenguaje.

Serie "Cartas a un búho", 1985. Grabado en color sobre placa de zinc. Foto: CCACR

A principios de la década del 80, a raíz de sus estudios en California, Estados Unidos, su quehacer se concentra más en el grabado en metal: varias series a partir de dibujos sobre aluminio y zinc, entre otros metales, empiezan a ser conocidas localmente. De este período es  la serie “Cartas a un búho”: doce impresiones acompañadas de poemas alusivos, expuestos en el Teatro Nacional.

Se trata de grabados con la técnica del aguafuerte que posiblemente utilizan punta, es decir, que se trabajó en planchas metálicas (zinc en este caso), con base en líneas incisas y por medio de la corrosión del ácido sobre aquellas zonas que no se han protegido previamente con un barniz graso o resina, sobre el que Santonastacio ha dibujado sus figuras. 

Asimismo ha empleado la técnica del “graneado”, que consiste en dejar caer sobre la plancha metálica, caliente, pedacitos de resina o asfalto, que producen el efecto de zonas donde dominan pequeños vacíos y colores como borrados.

Además, debe recordarse que el efecto visual de las piezas en conjunto son derivaciones más del dominio y lo fortuito en la técnica del aguafuerte, que de una especial o propia concepción del dibujo, el color, o el tratamiento formal; la marca del aguafuerte es pictórica, mórbida y de bordes ligeramente irregulares (en el trazo lineal). 

El empleo del dibujo posiblemente con un instrumento de incisión conocido como “punta” suele ser bastante sutil y uniforme, en este medio de expresión gráfica debido a que se hacen incisiones sobre el barniz y no sobre la superficie metálica directamente; esto lleva a que  el ácido corroa solo las partes de la incisión uniformemente, con lo que produce unidad en los valores colóricos empleados, principalmente en el negro.

Serie "Cartas a un búho", 1985. Grabado en color sobre placa de zinc. Foto: CCACR
           
Por ello, parece a menudo como si Santonastasio, después de trazar el dibujo, una figura femenina o un diseño inspirado en artefactos o textiles precolombinos, lo complementara con pincel y acuarela, con la diferencia de que el acabado atiende solo a las líneas y que, en lugar del pincel y la acuarela, la grabadora dispone de pincel y barniz, para los claros, y ácidos para los oscuros.
           
Así, el tratamiento formal en la muestra presente debe mucho al dominio de la técnica y a lo fortuito en ella más que al valor esencial e indispensable de un concepto plástico propio y limpio de los cuales en esta muestra, casi quedamos en ayunas.

DOMINIO TÉCNICO Y TESTIMONIO
           
La técnica y su dominio son parte indispensable del oficio o requisito en cualquier labor artística o comercial, desde saber escribir a máquina hasta saber grabar en metal; por ello, su presencia se da por descontada, excepto, si paralelamente a un aporte conceptual plástico, hay otro técnicamente novedoso. Pero no; Santonastacio a partir de su testimonio personal,-cartas aparentemente enviadas a su patria-, podría no interesar al espectador. El testimonio personal requiere ser modulado en valores más universales, porque la anécdota personal es sólo excusa para crear, no la creación misma.
           
En el caso de esa autora costarricense es visible, por un lado, la ilustración de testimonios personales que ella denomina “monólogos de la intimidad (La Nación, 5-2-86. 2B), y el empleo lícito, pero no por ello acertado, de motivos precolombinos que incorpora a sus aguafuertes, pendientes más de los valores propios de la técnica, que de su propia intencionalidad.
             
A menudo integra textos cortos e interrumpidos a sus impresiones, con lo cual pretende, tal vez, desvalorizar sus poemas como lectura, para incorporarlos como gráfica o signos plásticos, o viceversa.
           
En otras obras, como las tituladas “Carta N° 6” y “Tarín”, sin aportar nada nuevo recurre a la figura de ascendencia indígena, volumétrica, con pesadez, que se muestra inexpresiva en colores ocres sobre fondo de tono casi opuesto, a modo de contraste.
           
Mezcla indistintamente lo figurativo con lo no figurativo, renuente tal vez a comunicar claramente lo que quiere hacer, e intenta tomar eclécticamente lo que pueda de cada concepto o escuela artística. Esto corrobora que Santonastasio no desea comunicar consistentemente una obra de características no figurativas, sino más bien que intenta aunarlas para efectos formales y de exploración técnica.

Aquí hay poca intelectualización, en el sentido analítico, de especulación racional, tampoco podemos hablar de intuición en su plástica por cuanto está apenas en una exploración formal e ignoramos si logrará concretar una obra profunda y definida estilísticamente.

Pero, si podemos indicar que existe una “intuición romántica” de esa que caracteriza a muchos autores nacionales guiados por el impulso  que algunos llaman “inspiración” y que, en el caso de Magda Santonastasio, se traduce en una obra dominada por el tema, y el acabado final, a la que ni el lirismo salva, mucho menos la presentación profesional de la caja, hecha a mano, que porta esta serie de “Cartas a un Búho”, y que entra más en el ámbito del oficio artesanal.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA

Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 21 de febrero de 1986
Revisada por el autor el 21 de Marzo del 2018.

Comentarios

Alvaro Bracci dijo…
Hola Juan Carlos , muy buena lectura.
Felicitaciones
Un abbraccio
Alfonso Chase dijo…
franco y detenido analisis resiste el paso del tiempo y el propio aporte de Santonastacio a la pintura nacional

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