CESAR VALVERDE: Búsqueda de Trascendencia

“César Valverde” de César Valverde Vega (1928-1998), y otros autores. 1986. Editorial L´Atelier, 1986. Litografía e Impresa Lehmann (LIL., S.A.) 264 páginas.

Cuando el autor nos invade con sus exposiciones y libros, es oportuno hacer un alto, para meditar sobre lo que sus propuestas plásticas prometen y lo que realmente testimonian.

César Valverde, con treinta y un años de trayectoria en el ámbito artístico y cultural costarricense, cuarenta si tomamos en cuenta como punto de partida su primera lección en la Academia de Bellas Artes en 1946, ha realizado diez muestras individuales, tres murales, dos libros de ensayos y una novela, y ha recibido siete premios.

Claro está que lo cuantitativo no es lo primordial en la obra de un artista, ni mucho menos. Para juzgar en conjunto el aporte de Valverde a la plástica, su libro recientemente publicado por medio de suscripciones y en circulación, es un testimonio que sirve de fuente de consulta.

La publicación, en el aspecto formal, es notable por la calidad del papel, las reproducciones en blanco y negro; la impresión, el empaste y la pulcritud general.


                                                         "Mujeres". Oleo sobre tela. 1979

La edición demuestra que Costa Rica cuenta con recursos humanos y técnicos capaces de editar libros con excelencia.

En cuanto a las cualidades del contenido y su organización, debe creerse en lo que su autor expresó que se proponía, a saber: demostrar la cantidad y calidad de su obra en el período comprendido entre 1947 y 1985, mediante la reproducción de sus dibujos, montajes, ensamblajes, murales, pintura al óleo sobre tela, madera y cartón, grabado en metal y técnica mixta.

Los diagramadores de la obra, Fernando Carballo y Luis Carlos Calderón, intercalaron fotos del pintor en variadas poses, correspondientes a diversas épocas.  Se incluyeron, también, comentarios acerca de la obra de Valverde escritos por el maestro de nuestras artes visuales, Francisco Amighetti y los escritores Carmen Naranjo, Mario Picado y Carlos de la Ossa, además de unos comentarios del propio pintor.

AUTENTICIDAD O INANIDAD

Dado que el punto de partida de la publicación fue garantizar a su autor una trascendencia pública mediante el acopio de fotos de sus principales trabajos, no se podía esperar una objetiva autocrítica o crítica de arte en el libro que es objeto de nuestro análisis, ya que ello, de existir, iría en detrimento de los intereses pecuniarios de su autor en el mercado del arte.

Tampoco los textos preliminares y la organización del material visual contribuyen a fomentar el estudio continuo con fines críticos o divulgativos de su obra por tres razones principales:
  1.      No existe un orden cronológico, temático y/o procesal-artístico en el contenido visual,
  2.      No incluye un catálogo razonado de su trayectoria en las artes visuales
  3.      El afán promocional en torno a una necesidad personal impide al lector atento enriquecer su visión de la conducta, el quehacer y el hecho creativo de este autor por la selección y organización del material.
Para saber por qué ocurre lo anterior debemos plantear una hipótesis, basada en el modo como el autor hizo la selección de sus obras, que no responden a un orden temático dentro de una línea cronológica, que permita el análisis comparativo de su quehacer artístico; es decir, de su evolución, su involución o su estancamiento, dentro de un proceso plástico resuelto con base en concentraciones o interrupciones.

La hipótesis sería que: El pintor es consciente de la reiteración de su discurso plástico, como una fórmula sin potencial para la profundización. Por lo tanto, su estrategia consiste en escamotearlo en el caos de la selección.

Bajo estas circunstancias cualquier juicio crítico sobre el contenido formal visual de la publicación, constituida en más del 90% por ilustraciones (212 de las 264 páginas del título), se dificulta.

Desde luego, la obra analizada no constituye un ensayo crítico o una monografía ya que no eran esas las intenciones del autor.  El libro en términos de intencionalidad se limita a una mostración del fruto de su quehacer artístico y por ende, la selección no responde a criterios profesionales, ora críticos, ora curatoriales, ora históricos.

En tales condiciones el libro reúne las características de un catálogo de lujo que recoge materiales de distintas épocas sin el criterio y coherencia que facilite la apreciación en retrospectiva de su legado como artista.


                                                         "Paisaje con sol". Acrílico sobre tela. 1986

MITO Y REALIDAD

Este catálogo de lujo, no obstante, refleja aspectos relevantes de la trayectoria artística y vida del pintor que permite identificar su compromiso con la reiteración de contenidos formales y técnicas que asume como “deliberada” en cuanto “afirmación de un estilo”.

Es pertinente precisar que en varias etapas de su carrera ha pactado con el sistema de la moda: primero, durante su formación inicial (1946-1955), cuando retoma como referencia el emplomado de los vitrales de acento medieval y lo traslada, a la manera de Manuel de la Cruz González, a la bidimensionalidad de la pintura. Segundo, cuando admirando los planteamientos afrocubanos de Max Jiménez, deforma la figura femenina que evocan referencias caribeñas. En tercer lugar, el uso de la mancha, con pretensiones metafísicas, de la “Escuela de Nueva York”: los fotomontajes, ensambles constructivos que toma del pop y el op-art a mediados del decenio del sesenta.

Parte de lo que este autor denomina “afirmación de un estilo”, resulta de la reiteración de ciertas limitaciones en el manejo de la línea que lo llevan, casi desde el decenio del sesenta, a componer con base en el detalle del color que potencia, encerrandolo en una trama que recuerda el emplomado de los vitrales sólo que su grafismo es nervioso y hasta anárquico.

No en vano, al aumentar hasta cuatro mil veces el tamaño de un detalle, en varias de las obras representadas en color, a veces sin sentido claro de por qué se amplía, ese detalle logra ser más sugerente que el todo que ayuda a componer, lo que revela debilidad en el conjunto de la obra.

                                                "Mujer". Acrílico sobre tela. 1988

A pesar de sus limitaciones plásticas, Cesar Valverde ha construido retóricamente un “mito” para justificar su estilo reiterativo.  Para ello, ha convertido su figura femenina en un “leitmotiv” y con base en ella ha desarrollado una serialización de obras donde las variaciones de forma y concepto, de una a otra, son superficiales: cambios tonales ligeros y una permanente anécdota de la figura femenina ideada por él.

La debilidad principal de su pintura reside en el abuso de las angulaciones en términos lineales, expresado mediante el uso repetitivo de ángulos agudos, que se intrincan continuamente en el plano y que, a fuerza de no resolverse en la composición pictórica, se vuelven trucados.

En otras palabras, el pintor emplea un recurso, mitad inventado, mitad apropiado de una suma de referencias foráneas: el recurso gráfico del encuentro de ángulos agudos en un plano que, a fuerza de repetirlos sin profundizar en nuevas propuestas, impide su evolución, quizá por su falta de consistencia en la factura formal de sus obras y de una propuesta conceptual propia, por su carácter estacionario.

No debe extrañar la publicación de este catálogo mediante el cual se nos permite reconocer en la conducta del autor costarricense un deseo válido, el de querer proyectarse a la posteridad mediante una obra que con la posible excepción del escultor Francisco Zúñiga, casi ningún artista nacional posee.

Por otra parte, si en el libro priva, la más de las veces, un afán de autopromoción por encima de criterios enfáticamente estéticos, los cuales no pueden descartarse totalmente, el veterano pintor parece lograr su propósito: no ser ignorado por sus coterráneos al menos por la próxima década. Y esto en sí es una actitud notable, máxime que en nuestro medio, las tareas difíciles que se acometen se resuelven con muy raras excepciones.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC, AICA

Fuente: Semanario Universidad, Suplemento Forja (1986), p.2B. Publicado el viernes 2 de agosto, 1986.  Revisado por el autor el 2 de noviembre, 2018.

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