LUIS DIAZ: Diseño Ambiental

Exposiciòn retrospectiva de Luis Díaz (Guatemala, n. 1939). 34 piezas en grabado y madera contrachapada con aplicaciones de aluminio. Sala Libre de la Plaza de Cultura. 71 piezas en pintura al óleo, escultura y madera contrachapada con aplicaciones de aluminio. Galería Nacional de Arte Contemporáneo (GANAC).  Del 3 de setiembre al 9 de octubre, 1986. De martes a domingo.

La propuesta del guatemalteco Luis Díaz no es desconocida en nuestro entorno sociocultural, en virtud de su participación en distintas colectivas de los últimos años y el triunfo que obtuvo, para su país, en la Primera Bienal Centroamericana de Pintura (CSUCA 1971), por su tríptico “Guatebala” realizada en Costa Rica.

Su presente exposición (dividida en dos por razones espaciales, más que artísticas) permite seguir su trayectoria de 1972 al presente, especialmente en lo tocante a su concepto del retablo y los montajes ambientales.

El primer término corresponde, tradicionalmente, al elemento decorativo, situado sobre el “altar”, generalmente con escenas pintadas o esculpidas que puede ser de un panel o varios (políptico), y el segundo a un concepto de un objeto, según el cual se transforma el espacio a partir de un objeto cuyo continente formal tiene sentido sólo en ese espacio que transforma.

Si sumamos lo anterior su práctica de incorporar zoomorfismos de la cultura maya-quiché a su pintura, junto a contenidos más contemporáneos, urbanos y sociopolíticos en sus montajes, nos enfrenta a su pretensión de sincretismo plástico.

Buena parte de sus obras corresponden a una exigencia de integración plástica; vale decir, responden, complementariamente, a un espacio para el cual han sido creados, ya se trate de un edificio, un monumento habitable o un complejo arquitectónico-escultórico.

Su trabajo es ubicable en el ámbito de la figuración, no sólo por tomar un motivo o tema figurativo como base de sus especulaciones formales, sino porque su intención es  la de ser percibido así. Tanto, que ha llegado al extremo de rotular todas las partes de sus obras con mensajes explícitos.

"Afuera-adentro", 1973. Conjunto ambiental panorámico. Foto: CCACR

DIRECTRIZ SENSIBLE

El trabajo de Díaz tiene su origen en la realidad conocible, de la cual se nutre, para proponer no una nueva lectura de ésta sino una recreación; reproducir ciertas condiciones de la naturaleza en un espacio más limitado mediante recursos sinestésicos y la ilustración, rayante en el didactismo, de una historia trágica, como ocurre en los 12 pasos de “Afuera-adentro”, un montaje ambiental de 1973.

En esta práctica no interesa tanto la reflexión, como la identificación del receptor que participa con su propia anécdota, ante la obra mostrada. Esta última ha sido concebida más como diseño; es decir, como extensión de una actitud técnica de creaciones que son “por naturaleza” artísticas, en sí mismas.

Al quedarse con frecuencia en los límites del diseño escamotea el compromiso artístico. Así, su “Afueradentro” podría pasar por un sistema de señalización urbana, sino fuera porque se exhibe en una “galería de arte”.
       
Un caso similar podrá ser su representación “plateada” de “Atitlán, Guatemala” (1979), donde 24 piezas agrupadas en ocho trípticos conforman una visión bidimensionalmente, evocadora de un espacio tridimensional, a saber el paisaje montañoso.
       
Tal vez la diferencia en algunos casos estriba en la anécdota política, tan figurativa como el aspecto formal de la obra. Díaz insiste en múltiples publicaciones para explicar su trabajo, conceptual y formalmente, a partir de situaciones contingentes, propias de un plano socio-político que para el arte es secundario, no así para el panfleto latinoamericano.


"Atitlán", 1979. Montaje ambiental. Foto: CCACR

COMPROMISO Y MERCADO
       
Su “compromiso ideológico” no le impide, sin embargo, pactar con el mercado cuando éste le pide obras superficiales y a gusto del cliente, como prueban los óleos expuestos.
       
Ahora nos prodiga un desquite retórico visual, que se emparenta un tanto con el “minimal” y el “conceptual art”.  Son estos movimientos artísticos del decenio de los 60 y 70, que coinciden en la propuesta de estructuras ambientales fijas que expone el autor.

El “minimal” pondera al máximo los elementos mínimos de lo sencillo, de lo, aparentemente, inexpresivo. Eminentemente escultórico, usa de modo sistemático las formas geométricas simples, aunque no siempre naturales, sino monócromas y en general privadas de su significado; pero con un impacto visual sobre el espectador mediante la reiteración o la monumentalización.
       
Lo conceptual, en Luis Díaz, es el paso de una enunciación teórica que da primacía a la activación de los procesos mentales del espectador participante, en su origen sin concretar un objeto artístico o antiartístico, a la real concreción en un espacio plástico habitable (montajes ambientales) que resume una voluntad de comunicación, por parte del autor.


"América", 1983. Montaje ambiental. Foto: CCACR

La experiencia de Díaz en el diseño, mediante su labor en una importante firma de arquitectos de Guatemala, le ha permitido llevar a la práctica, con algún acierto, lo que en los años 50 era sólo una propuesta teórica que replanteaba el papel del artista y del arte en la sociedad, de acuerdo con los cambios que experimentaba  ésta.
       
A modo de síntesis, su trabajo se inscribe en el diseño con fines de integración plástica, o sea, en la arquitectura, siguiendo una directriz sensible, constreñida al argumento político que deshabilita su propuesta figurativa en lo que interesa sus montajes ambientales.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, AICA

Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 19 de Septiembre, 1986.
Revisado por el autor el 13 de abril, 2018.

Comentarios

Carlos Barboza Vargas dijo…
Es curioso como este pintor, Díaz, causó una conmoción pictórica nacional al otorgarle el Primer Premio de la Primera Bienal de Arte en Costa Rica 1971 y dejando desierto los otros premios, creo recordar que andaba por ahí la Marta Traba, Cuevas..., el Guatebala, balanceó el ambiente. Buen día Juan Carlos.
He escrito varias veces sobre la obra de Diaz, e incluso lo hice parte de mi libro de arte centroamericano contemporaneo. Es fundamentalmente un arquitecto con intenciones artisticas. Sobre su obra guatebala no se habla mucho en Guatemala. De hecho no se consiguen imagenes de la obra. Casi todos los que hablan sobre su obra premiada en la Bienal de 1971 no tiene una imagen de la misma. Esa evaluacion particular esta pendiente.

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