ALFONSO ROMO: Dualismo Fotográfico

Exposición individual del fotógrafo español Alfonso Romo (Guadalajara, n. 1957). 30 variaciones de estudio sobre función corporal. Sala del Instituto Costarricense de Cultura Hispánica. Del 17 al 27 de noviembre, 1986, de lunes a viernes.

El fotógrafo español, Alfonso Romo exhibió, con acierto, el producto inicial de su indagatoria fotográfica de los últimos dos años; la figura humana y objetos del entorno en espacios interiores.

Con una especial sobriedad de imágenes y recursos técnicos, dispuso en 30 planos divididos, en una posible clasificación de cuatro series, su percepción del equilibrio entre objetos y la figura humana, esta última a partir de una misma modelo con la cabeza ausente o cubierta.

Este equilibrio no es sólo técnico, sino consecuencia de una relación entre luz y sombra, autoridad y reposo, vertical y horizontal, pasión y razón, lo que conduce, por síntesis fotográfica en Romo, a imágenes únicas, aceptables en lo estético y femeninamente humanas.

Concuerdan las propuestas de este autor español con la tesis de Roland Barthes, según la cual la fotografía pertenece a aquella clase de objetos laminares de los que no podemos separar dos láminas sin destruirlas: el cristal y el paisaje, y por qué no, el bien y el mal, el deseo y su objeto, dualidades que podemos concebir, pero no percibir directamente.

Romo ha recurrido, en su obra, a planteamientos técnicos y formales precursores de la fotografía moderna, Erwin Blumenfeld (1897-1969) e Irving Penn (1917-2009), entre otros. Ambos coinciden en la necesidad de contrarrestar la “literalidad” propia del medio, valiéndose de cierta ambigüedad poética.

Para ello recurrieron, especialmente el primero, a interponer materiales entre la cámara y el sujeto, así como a exposiciones múltiples y, a cubrir, a veces, el rostro de la modelo.

En el caso de Romo, las influencias cercanas y lejanas no impiden la concreción de su visión. Sus fotos, aunque creadas en un clima artificial, ofrecen connotaciones sobre lo que los elementos fotografiados son y han sido. Sin duda porque, como todo autor auténtico, no puede intervenir en el interior de las figuras u objetos que capta.


Indagatoria seriada

Consciente de que el valor de la fotografía radica en una aguzada percepción de la realidad dada, Romo ha dispuesto la alteración en las formas dando un papel preponderante a las sombras y mediante cuatro tratamientos:

1) Pictorialista; esto es recurrencia al artificio de algo parecido al biomóleo, aplicación de pigmento a una copia fotográfica en las zonas en que se ha lavado y fijado.

2) Cinemático, preocupación por el desplazamiento de la imagen, a intervalos, con la evocación de otras sucesivas e idénticas en un mismo plano.

3) Revisión del retrato, a partir de una estructura abocetada, escultura o ruinas y modelo humana, evita la literalidad del retrato tradicional con reminiscencia de texturas y cierto carácter de “naturaleza muerta” retomada aparentemente de Magritte y Christo.

4) Tensiones creadas entre lo natural y lo artificial. Objetos que varían en la apariencia, no en la esencia de la modelo utilizada, como bolsa de papel por gasa negra o blanca en el rostro de la modelo, sombrero de paja y fondo corriente de estudio.

En la mayoría de las fotos, las variaciones derivan no sólo del tratamiento indicado, sino del propio concepto y tema explorados. Surge, sin embargo, un denominador común, el mundo femenino que se denota por una personalidad dividida, según su colocación en la imagen, como elemento vertical (enfrentamiento al orden o la autoridad), u horizontal (actitud de reposo o sometimiento).

Nuestro visitante pretende una fotografía de visos sicológicos, pero su intencionalidad a veces lo traiciona en provecho de cierta estética surreal.

Ni nueva ni vieja, la propuesta de Romo interesa por su sobriedad técnica y la ausencia de pedantería intelectual, la cual permite al receptor de sus imágenes, una lección modesta de refinamiento y concepto propio de su quehacer disciplinado, en plena gestación.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC

Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 28 de noviembre, 1986.
Revisado por el autor el 19 de abril, 2018

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