RESUMEN ANUAL No 1: Esperanza y Frustración
Resumen anual: Dibujo e Impresión. Primera entrega. Autores
nacionales y extranjeros que confrontan su obra durante 1986, en galerías
locales y fueron objeto de crítica.
Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 19 de Diciembre, 1986. Revisado por el autor el 11 de Mayo, 2018.
Dibujo
Lenta, pero prometedora, la línea o el
grafismo de los dibujantes e ilustradores nativos, se ha independizado del
lastre de un restringido grupo de “maestros” denominados por el compromiso
sociopolítico antes que por el artístico.
De alguna manera, la ilustración con visos
sociopolíticos y culturales tiene sentido, cuando existe un orden opresivo en
la sociedad. Cuando no existe ese carácter, algunos autores, dedicados por lo
general a la publicidad y al dibujo comercial, optan por nutrir sus obras con testimonios
ajenos, como los del dolor y la tragedia de algunos pueblos vecinos. Esto es,
una apelación a la truculencia para justificar sus quehaceres.
La veterana Raquel Villareal (n. 1949)
pretende, de un tiempo a esta parte, mezclar su obra “comprometida” con otras
de apariencia no figurativa y hasta emparentada con el arte conceptual, aunque
su ambigüedad estilística le impida avanzar.
Otros, con una seria contradicción entre el
decir y el hacer, como Félix Arburola, logran concretar un testimonio gráfico,
anteponiendo lo plástico a lo meramente anecdótico, Arburola en sus últimos
trabajos sobre manos estrambóticas, dominantes del espacio cargado de grafías,
cuadrículas y círculos dispersos, tiene el mérito de obtener efectos plásticos
en representaciones que no aspiran a ser más que ilustraciones.
Por otra parte, algunos sucesos como el I
Salón anual DMA-FAO de Dibujo y Grabado, han permitido atisbar otras propuestas
que, apegándose a un tema impuesto, logran algunas soluciones plásticas
personales.
Así, Carlos Poveda demostró un conocimiento
claro de los recursos técnicos y del diseño; no obstante, los explota
decorativamente, sujeto más a la aceptación que al concepto. Junto a él, dos
jóvenes autores, Manuel Zumbado y Roberto Lizano. El primero, ilustrativo y
débil conceptualmente; pero con un oficio que, peligrosamente, puede
constituirse en un simulador del talento.
El segundo, propone en cartón dibujado una
línea clasicista, con acentos objetuales contemporáneos. Su “construcción”, como otras que le hemos
visto recientemente, revelan sencillez de recursos e ingenuidad conceptual, lo
que se vuelve atractiva a su propuesta plástica ante el aburrido público.
Impresión
Mientas en el dibujo se da un ligero avance
que evita la anulación de la línea como tema, e impide el anecdotismo o el
panfleto, el ámbito de los grabadores sufre un estancamiento interno. La última
exposición del maestro Francisco Amighetti, fue un desencanto para quienes
apreciamos su expresión y causticidad en la madera.
Respetuosos del aporte medular de este autor
al desarrollo de la xilografía regional, nos preocupa su obra en color
(cromoxilografía), en la que se ha ido perdiendo el carácter unitario (la
conjunción del dibujante y el artesano grabador en cada obra).
Se sabe que el color contiene una expresión
más sutil, y por consiguiente, la intención del autor en cada matriz, puede
variar si el impresor no respeta sus directrices cromáticas con varios trabajos
de su muestra retrospectiva, en octubre.
Aceptamos, sin negar su contribución, que el
trabajo que nos prodigará en adelante será la retoma consistente, y tal vez
cómoda para un artista de su talento, excepcionalmente significativo en un
tiempo ya ido.
Por otra parte, la reciente obra de Magda
Santonastasio, conocida mejor como acuarelista, deja mucho que desear, puesto
que aprovecha sin mayor investigación y conocimiento, lo fortuito de la técnica
del aguafuerte, para presentarlo como aporte personal.
Crecen algunas expectativas en cuanto al
grabado en madera de Rolando Garita, quien recientemente parece haberlo dejado
por la impresión en metal, en lo que resulta meramente ilustrativo.
Si bien la oferta visual interna sufre una
baja, la externa, aunque irregular a veces, ha sido definitiva en la formación
del gusto durante el presente año particularmente la “Huella del artista”, una colectiva de 13 grabadores estadounidenses
exhibida en abril.
Los nombres de Frank Stella, Jonathan
Borofsky y Robert Longo, entre otros, se asocian con una propuesta
enriquecedora para el entorno, como reflejo de una tendencia a la dimensión
mítica en una era material, y a la poética de lo cotidiano.
Muchos expositores, conocidos como
dibujantes, pintores, fotógrafos y escultores, confrontaron impresiones en
metal y mixografía, para demostrar en unos casos “facilismo”; es decir, la abusiva repetición y la búsqueda de
efectos colóricos y de forma mediante la mancha o la estructura geométrica.
Otros en cambio, confirmaron un quehacer más
serio y profundo, como Borofsky y Longo, quienes aceptan que la obra de arte no
es ideológicamente neutral, lo que no significa que su mensaje deba ser
panfletario. Aunque a veces su trabajo pudiera parecer fácil y superficial, la
conducta artística de ambos los lleva a no conformarse con posiciones
ventajosas y seguras, social y económicamente; indagan continuamente en su
entorno sociocultural, a la vez que profundizan en su interior.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC
Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 19 de Diciembre, 1986. Revisado por el autor el 11 de Mayo, 2018.
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