Conservadurismo

Resumen anual: Escultura, fotografía y video-arte. Tercera entrega y final. Autores nacionales y extranjeros que confrontan su obra durante 1986, en galerías locales y fueron objeto de crítica.
Escultura

Durante el año 1986, advertí sobre los riesgos de la escultura figurativo-realista practicada en nuestro país, donde por falta de investigación en la forma e identidad, por lo general se recurre a la representación de lo real visible, centrándose en la anécdota, en la que no se profundiza por comodidad y poco el conocimiento de la forma.

La forma y el espacio son los vehículos de comunicación de la escultura contemporánea, figurativa o no. El tema o anécdota sólo transciende mediante la poética que escapa al panfleto sociopolítico o a la deformación figurativa gratuita.

Heredia, cuna de más de la mitad de los escultores nativos, ha favorecido, a menudo, el surgimiento de un modus-vivendi seudoartístico: el autor se concreta a ofrecer una obra que, para su comercio, no parece requerir de un respaldo conceptual (intencionalidad plástica) o teórico-práctico. Otro tanto ocurre en Cartago y San José.

No es extraño que muchos autores se conformen con la anécdota figurativa carente de expresión o hagan exploraciones a modo de aventura, por la síntesis de la forma, y regresen pronto a lo que hacían al principio de sus carreras o a una nota dominante tradicional.

La capacidad creativa suele ser frágil y permeable a las demandas y condiciones externas y comerciales de mercado, las cuales se satisfacen sin ningún conflicto interno.


Este contexto esclarece el debilitamiento de Miguel Ángel Brenes (1943-2012), así como de Domingo Ramos, entre otros escultores establecidos. Mientras en Brenes el estancamiento se explica por desconocimiento, no necesariamente incapacidad creativa, en Ramos el problema es de ambigüedad conceptual al mezclar la figuración con “no figuración” sin resolverse ninguna con autenticidad; antes bien apegada a una receta que reitera en cada muestra.

Una expectativa la constituye el grupo Cuarzo, integrado por los escultores Aquiles Jiménez, Luis Arias, Esteban Coto, Manuel Vargas y Herbert Zamora. Este último, el más prometedor, inscribe su obra en una tendencia polimatérica, mediante el “collage” en que participan la madera, la piedra y la cola. Trabaja con formas que evocan lo orgánico por sí mismas como concepto escultórico. Aún dentro de la tendencia al refinamiento de lo tradicional, prevaleciente en Cuarzo, marca una pauta en el contexto de la medianía de las exhibiciones de obras tridimensionales del año que pasó.

El único extranjero que confrontó con alguna novedad en el período, fue el francés, Jean Christophe Bourg, quien confirmó localmente lo que ya es una realidad en el mundo hace varios decenios; a saber, que la escultura carece de límites precisos.

Sus piezas en vidrio “termoformages”, evocadoras de lo pétreo, producto más el azar en la reelaboración del vidrio, que de una particular voluntad de significar lo orgánico y lo antropomorfo, están dominadas más por la intuición, producto del afán experimentalista, que por la reflexión que ordena la proposición plástica.

Fotografía

Una colectiva canadiense de fotógrafos contemporáneos, abrió el espectro de 1986. Pese a contar Canadá con excelentes fotógrafos de la fama mundial, la muestra enviada por el “National Film Board”, resultó descolorida por la medianía imaginativa, técnica y formal.

Localmente, este año expusieron sus fotos, en marzo, María Elena Esquivel, y en mayo, Carlos Uribe.

Lo que es carencia en una, existe en el otro, Esquivel sabe mirar, pero tiene serias limitaciones para hacer, y Uribe sabe hacer pero tiene dificultades para mirar. No olvidemos que, en la fotografía, los valores son producto de la técnica y la mirada aguzada.

Ambos coinciden en la representación de lo real visible, debilitado por una aparente falta de disciplina e investigación; en un caso, en el ámbito periodístico, y en el otro en el paisaje rural y costero.

El español Alfonso Romo, sin mayores pretensiones, plasma en una exhibición de fin de año, una serie de estudios sobre la figura femenina y objetos del entorno en espacios interiores. Sus fotos, aunque creadas en un clima artificial y antecedidas por notables fotógrafos, ofrecen connotaciones acerca de lo que los elementos captados son y han sido. Se trata de una fotografía de visos sicológicos, pero su intencionalidad a veces lo traiciona en provecho de cierta estética surrealista.

Video arte

Un lugar especial, en el resumen final de 1986, merece el estadounidense Ted Victoria y sus trabajos de cámara oscura. Reflejo de las tendencias más modernas en arte, exalta el medio tecnológico sobre lo que finalmente se comunica o no se comunica. No provoca; sin embargo, una reflexión o emoción internas duraderas. Altera, no transforma la percepción individual por la banalidad del juego propuesto en la obra.

Ante el aumento de los recursos puestos a disposición del hombre por la tecnología y la ciencia, los medios técnicos sólo se convierten en lenguajes propios y autónomos a partir de una actividad artística experimental. Asimismo, únicamente se concreta un testimonio plástico cuando se profundiza en el conocimiento, no sólo técnico adquirido.

El resumen de fin de año supone al menos tres hechos en cuanto al devenir del arte realizado en Costa Rica: 1) A un claro incremento de la oferta visual no sigue necesariamente un mejoramiento en la calidad intrínseca de las obras, excepto en oficio, 2) Las autoridades públicas y privadas encargadas de orientar al espectador en el campo plástico aumenta la confusión sobre los lenguajes artísticos a partir de una caótica política de exposiciones foráneas, históricas y de principiantes, y 3) Hay un lento pero perceptible avance, al consolidarse un estilo y un quehacer respetables en algunos pintores y dibujantes primordialmente.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC

Fuente: La Nación. SINABI (2018), p. 2b Publicado el viernes 5 de Enero de 1987. Revisado por el autor el 12 de mayo, 2018.

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