LILIAN A. BELL: La Realidad como Construcción Humana
Exposición individual de
la escultora y artista en papel Lilian A. Bell (Inglaterra, n. 1946):
“Construcciones" Esculturas en papel. Museo Nacional. Del 11 de enero
al 2 de febrero, de 1991, de martes a domingo.
Mármoles, columnas y piedras en un paisaje que delata su falsedad, no obstante,
su realismo en formas, colores y texturas, dominan las construcciones
escultóricas en papel de la artista estadounidense. Lilian A. Bell, cuya obra
es mostrada individualmente por primera vez en una capital latinoamericana.
La artista de origen
británico es una de las pocas maestras internacionales en la factura manual de
papel japonés, y una respetada escultura conceptual. Su obra ha sido exhibida
internacionalmente y sus dos libros sobre papel hecho a mano son considerados
lectura obligada en muchas escuelas de arte dentro y fuera de los Estados
Unidos, donde reside.
Por quince días los costarricenses tendrán la oportunidad de conocer el trabajo conceptual en escultura en papel, de esta afamada artista merced al auspicio del Centro de Investigaciones en Fibras y Papel S.A. y el Centro Cultural Costarricense-Norteamericano.
La artista con algunas de sus esculturas en papel hecho a mano
EL ARTE ES OBRA HUMANA
La relación de Bell con
el estudio y creación de esculturas basadas en las técnicas orientales de hacer
papel a mano, que comenzó en 1976, le ha permitido crear una vasta obra bajo la
premisa de que la realidad es una percepción, por tanto, una construcción
humana desarrollada socialmente.
Su trabajo conceptual en
papel se ha concentrado en la indagación de los mensajes subliminales, las
imágenes falsas que simulan autenticidad, los fragmentos de la memoria social,
los recuerdos de eventos y los usos pasados y presentes del papel.
En sus instalaciones con
base en obras bi y tridimensionales Bell separa la realidad que aceptamos como
inmutable, para enriquecer nuestra visión, y para aumentar nuestra conciencia
del arte como un proceso autoconsciente.
Sus primeros trabajos
fueron instalaciones enmarcadas por el arte conceptual surgido en los setenta,
durante los cuales el objeto de arte era desmaterializado en favor de la idea
que lo sustentaba y para enfatizar el lenguaje en lugar de la belleza que lo
acompañaba.
Su afición por el papel
a mano la llevó primero a interesarse en el ceremonial espiritual chino que
consiste en quemar papel durante los funerales, así como el papel empleado para
conmemorar eventos o celebrar festividades estacionales. Los libros, las tazas
para tomar té, las teteras, y los abanicos se integraron a su autoconsciente
imaginería.
A través de la
transición de objetos “reales” a imágenes artísticas, Bell crea nuevas
imágenes como estructuras independientes. El objeto de arte es más que un
ensamblaje visual; es una reconstrucción de cómo la materia física del objeto
de arte y sus significados abstractos son percibidos por la audiencia.
La obra reciente de Bell
se ha concentrado en el uso del papel para modelar y la madera que favorecen su
impulso creador y espontaneidad.
“Soy capaz de ajustar mis conceptos e intenciones a cualquier nueva implicación que derive de mi obra”, explica la escultora. “Disfruto de la confrontación, la turbulencia, lo aleatorio y el caos que provee estimulación en mi búsqueda de la reacción auténtica y la no relacionada pero posible solución”.
“En la mesa”, 1991. Instalación de esculturas en papel. Lilian A. Bell. Foto: CCACR
¡PIEDRA QUE NO ES PIEDRA!
Las fuerzas dominantes
en la obra de Bell en los últimos años han sido las exploraciones de lo natural
y el paisaje urbano a través de afiladas, cuarteadas y apretadas formas que
lucen como rocas en contextos o ambientaciones que simbolizan tanto el paisaje
urbano con sus continuos ensamblajes de signos, postes, cables, como fragmentos
de montañas en disminución con sus amplios espacios abiertos, lejanos
horizontes e infinitos cielos y vistas.
Este trabajo es
representado por una serie de relieves y piezas tridimensionales en negros,
grises y blancos con toques de vibrante cobalto azul.
Definitivamente, esta
imaginería va más allá del paisaje tradicional como se infiere del propósito
fundamental de sus construcciones. Esta artista investiga realidades existentes
y realidades alternativas mediante la multiplicidad de significados que los
objetos presentan cuando son yuxtapuestos o separados del conjunto para
exhibiciones en construcciones que acompañan, integran y contradicen.
La artista trabaja
actualmente en una serie de “naturalezas muertas” usando superficies de falso
granito, fachadas corrugadas y rococó, así como objetos moldeados en papel
yuxtapuestos con pedestales rectangulares y geométricos de madera pintada.
El trabajo de Lilian A.
Bell profundiza en los símbolos del paisaje, las ruinas arqueológicas y
arquitectónicas y los fragmentos culturales sugiriendo contemplación, y
autoexamen a través de la misteriosa memoria visual colectiva de eventos
implicados, conocidos y desconocidos.
La articulación de lo
ininteligible es algo que procura en tanto trata de equilibrar en sus
construcciones pensamientos de mitologías privadas con los temas impersonales
asociados con el ambiente urbano. Por esto es por lo que uno puede hallar
consistencia en sus esculturas en papel.
Sus obras de arte son metáforas de objetos no solo percibidos en el “mundo real” pero que podríamos llamar el “mundo construido por humanos”. Cuando Bell construye una “piedra”, esta parece similar a una piedra real en forma, volumen y textura.
“Sin título”, escultura en papel hecho a mano e instalación. 1991. Lilian A. Bell.
Pero a menos que usted
la toque o la observe una y otra vez tal vez sienta que se trata de una piedra
como cualquier otra del “mundo real”.
La piedra es construida
con papel hecho a mano y moldeada por Bell para que semeje objetos reales. Como
resultado de esto, sus metáforas visuales, espaciales y táctiles envuelven al
espectador en una paradoja. Lo que la gente ve no es lo que ellos piensan o
sienten.
El significado que ellos
agreguen a los objetos exhibidos en una galería de arte resultará de la
reducción de lo que no es familiar en las piezas de Bell a lo familiar que es
mutuamente aceptado como real en la cultura del espectador.
EXPERIENCIA ENVOLVENTE
Conforme los
espectadores son envueltos en la experiencia de las construcciones en papel de
esta artista angloestadounidense ellos comienzan a darse cuenta de que lo que
solemos aceptar socialmente como arte, objeto, y realidad son meras convenciones
o construcciones humanas.
En el tanto aceptemos la
autoría humana de los conceptos y significados de arte, realidad y objeto,
entre otros, seremos más libres y responsables sobre lo que pensemos, sintamos
y hagamos.
“Me intriga la paradoja
de usar formas en papel que lucen como rocas, las metáforas resultantes, y la
habilidad de la roca que sustituye a la real (en la exhibición de arte) para
evocar las mismas referencias que la piedra real” explica Bell. “Esas piezas son tal vez evocativas
de la indefinible, enigmática, paradójica y etérea comunión con las fuerzas
primarias de la vida, las cuales quiero puntualizar no son divinas o
extraterrestres, sino humanas y naturales”, concluye Bell.
No obstante, la
disciplina y la creatividad son entendidas por esta artista como medios para
evitar convertirse en víctima de las circunstancias. En parte, su obra es
permeada por la intención de dar poder a los espectadores con el uso explícito
de la autoconsciencia la cual demanda a su vez de ellos, asumir responsabilidad
de lo que están viendo, y la forma como perciben el arte.
Al hacer esto, la autora
contraataca la tendencia de algunos movimientos artísticos cuyos artefactos
visuales descansan en una narrativa que mistifica el arte al sugerir la
existencia de toda suerte de estados místicos o inspiracionales para
producirlo. El espectador ha sido conducido a pensar del arte como
trascendente y no como un producto humano enraizado en un contexto cultural y
social.
El mensaje principal de
las esculturas de Lilian Bell es que la autoría humana del objeto de arte no
debe ser olvidada, si el espectador desea crecer como individuo, y no ser una
víctima pasiva de la iconografía mistificada que niega su contexto humano.
Juan Carlos Flores
Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA
Fuente: La Nación. SINABI (2017), sección: D. Publicada
el domingo 13 de enero, 1991. Revisada por el autor el 5 de abril, 2018.
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