VINCENT VAN GOGH: Ni mito, ni mártir
Exhibición retrospectiva “Poetas y Amantes” de Vincent Van Gogh (Países Bajos, 1853-1890). 47 pinturas al óleo y 14 dibujos. National Gallery, Londres, Inglaterra. Del 14 de setiembre del 2024 al 19 de enero del 2025. Abierto de lunes a domingo de 10 a.m. a 6 p.m.
Van Gogh es uno de los
artistas modernos más conocidos y mitificados, a menudo, por las razones
equivocadas o como resultado de los mitos de dominio público en torno a su
breve vida y carrera: la insanidad mental, la automutilación de su oreja, los
girasoles que pintó y su aparente suicidio con un disparo a quemarropa.
Mucha gente sin conocimiento
o interés en la historia del arte sabe que Van Gogh fue un fracasado a lo largo
de su vida, y que solo después de su muerte fue reconocido e incluso convertir
en una suerte de “mártir” precursor del modernismo.
Sin embargo, su influencia ha
sido asegurada en la posmodernidad no tanto por su estilo pictórico o
contribuciones estéticas sino por su intencionalidad al documentar por qué
pintaba de lo que son prueba patente 820 cartas suyas que han sobrevivido. Por ello, al hablar del neerlandés muchos
artistas consideran cruciales sus escritos sobre la “declaración o
manifiesto del artista” y sus consideraciones teoréticas sobre el arte.
La exhibición retrospectiva
“Van Gogh: Poetas y Amantes” consistente de sesenta y una obras suyas desplegadas
a través de seis salas en la Galería Nacional de Londres, en lo que constituye un
verdadero hito artístico, sirve el propósito de desmitificar al artista al
estimular a los visitantes a enfocarse puramente en su arte. Para enfatizarlo
se han colocado números en las paredes al lado de cada pintura y dibujo sin
textos o cédulas. En su lugar cada visitante recibe un folleto con breves
detalles de cada trabajo expuesto.
El título de la muestra se refiere a un elenco de personajes y escenarios cambiantes que el artista crea, jugando con el color para alterar las caras reales y los paisajes. Durante su estancia en Provenza, por poco más de dos años, completó 200 pinturas en Arlés y 150 en el asilo de Saint-Remy, lo que implica que pintaba cada dos días. 47 de las más conocidas, pero raramente exhibidas son parte de la exhibición londinense.
MITO Y REALIDAD
El erudito inglés, H.J.
Rose, dijo que “el mito es el resultado de la operación de la imaginación
ingenua sobre los hechos de la experiencia”1, en otras palabras,
la puesta en movimiento de la imaginación del hombre primitivo o no, ante un
objeto que aparece como maravilloso o intrigante, el arte, por ejemplo.
Es cierto que el mito ya no
es la historia o el cuento de la sociedad ancestral o del primitivo, sino que
respondiendo a una necesidad humana éste no se define tanto por lo que es sino
por las funciones que cumple.
Los mitos en torno a Van
Gogh simplifican la lectura de su legado negándole tres características
cruciales a su condición de artista y a su producción como arte:
intencionalidad creativa, concreción artística e influencia transformadora.
El pintor impresionista
Camille Pissarro (1830-1903) que conoció a Van Gogh en 1886 cuando este se
trasladó a París para unirse a su hermano Theo, y mantuvo amistad y
correspondencia con el neerlandés escribió emotivamente “Muchas veces dije
que este hombre o bien se volvería loco, o nos sobrepasaría a todos. Lo que no
pude prever es que fuera a hacer ambas cosas”.2
En la correspondencia que
mantuvieron, Van Gogh describió a Pissarro como un «viejo amigo» y lo elogió
por su habilidad para capturar la luz y el color en sus pinturas. A su vez,
Pissarro también elogió a Van Gogh por su uso audaz y expresivo del color.
En una carta a su
amigo el artista Emile Bernard, escribió que el color era la máxima fuerza
emocional y espiritual – casi cósmica: “El pintor del futuro es un colorista
como no ha habido antes”3 como si el arte fuera un medio para
viajar en el tiempo.
Tres ambiciones principales
fueron articuladas con intencionalidad por Van Gogh en su vida y obra:
1. Expresar
su fe por medio de la pintura – algo que le fue negado por la religión
organizada cuando intento ser pastor en Bélgica.
2. Mostrar la dignidad de la gente ordinaria
3. Expresar el significado de la vida considerada ampliamente como carente de sentido por los ricos.
ESPIRITUALIDAD Y
ARTE
Van Gogh nació en un hogar protestante
en Groot-Zundert, Países Bajos, en 1853. Era el primogénito del Theodorus y
Anna Cornelia Van Gogh. Su padre era pastor mientras que su tío quien era socio
en una influyente firma de marchantes de arte en la Haya lo introdujo a los 16
años como aprendiz al negocio. La
empresa pronto se expandió a distintas capitales europeas y con la
incorporación de su hermano menor, Theo, se inició una correspondencia regular entre
ambos que duró hasta el deceso de Vincent.
En las cartas discuten sobre
arte, literatura e ideas y testimonian el distanciamiento gradual de Vincent
del lado materialista del negocio del arte y su creciente fervor por la
espiritualidad cristiana. Esto condujo a un conflicto que culminó con su despido
y a que terminara como maestro de escuela en la ciudad de Ramsgate en
Inglaterra.
Tiempo después sirvió
gratuitamente como pastor, pero la directiva de la organización misional con la
que trabajaba le retiro su apoyo para establecer una iglesia evangélica en
Borinages, cerca de Mons, Bélgica, una localidad de mineros del carbón.4
Entonces frustrado escribió
a su hermano “Mi tormento no es otro que este: ¿para qué valgo? ¿Es que no
puedo servir y ser útil de algún modo?”5 La respuesta de Theo no
fue convencional, pero si visionaria: “Hazte artista”.6
Vincent abrazó la idea y su
hermano se comprometió a financiarlo pasando el primero cinco años en los
Países Bajos estudiando arte, pero no abandonó su búsqueda espiritual. Ver a los
pobres se convirtió en su nueva religión - Dios estaba con los pobres,
miserables, desolados y solitarios y donde estaban ellos se podía ver a Dios.
Entonces, Vincent empezó a
articular una nueva fe, una fe a través de la estética, del arte, que iba más
allá del sistema de pensamiento dominante en su época:
-"Hay algo que no puedo definir como un sistema, aunque es muy vital y real, y es que veo a Dios, y la bondad de Dios.” Y, “Considero que todo lo que es realmente bueno y bello - lo que es intrínsecamente moral, espiritual y de sublime belleza en los seres humanos y sus obras - viene de Dios".
“Comedores de papas”
de 1885 una de sus primeras obras testimonia esta postura. Mediante colores que
evocan la tierra muestra la sencillez de la dieta de una familia de
agricultores que disfrutan el fruto del trabajo honesto. Continuo su formación
mayormente autodidacta en París cuando su hermano estableció allí la sucursal
de la empresa en que laboraba. Allí su
interés fue capturado por el impresionismo y profundizó en su indagatoria en el
color. Esto le llevó a escribir a un amigo diciendo que “estaba buscando
contrastes a través del naranja y el azul, el rojo y el verde, el amarillo y el
violeta; buscando tonos quebrados o neutros para armonizar los extremos. Es una
búsqueda para conseguir que el color sea intenso, no para lograr una armonía ópaca”.7
Lo que sigue es historia.
Adoptó la técnica impresionista de la pincelada rápida, e hizo sus primeras
incursiones con el impasto – una técnica explotada en el pasado por
Velásquez y Rembrandt, en la que la pintura se aplica bastante espesa sobre la
tela, con determinación, de modo que produce efectos tridimensionales. Por
entonces también se enamora de la composición y simplicidad de los grabados
japoneses.
Su fe siguió de manera
resiliente continúo impregnando su conducta. No obstante, escribió "Estoy
lejos aún de ser lo que quiero ser, pero con la ayuda de Dios lo lograré". Su éxito no residía en vender, sino en
plasmar su visión de Dios.
Su intensidad física,
emocional y espiritual en todo lo llevó prontamente al agotamiento por lo que
su hermano le sugirió descansar en el sur de Francia. Soñaba con un estudio allí como base para
establecer una colonia artística que compitiera con la que su amigo Gauguin
había establecido en Bretaña, en el norte de Francia.
Pero al llegar a Arlés tuvo
una nueva epifanía con el sol del sur que era abismalmente diferente al que
experimentó en su norte natal. Los campos de Provenza eran bañados por un orbe
de fuego que le parecía de origen divino produciendo una gran intensidad tonal.
En los catorce meses que pasó en Arlés, pintó cerca de doscientas obras, entre las cuales figuran obras maestras actualmente en la exhibición londinense como “La casa amarilla”, “Café nocturno”, “Girasoles en un jarrón”, “Noche estrellada sobre el Ródano” y “La habitación”, entre otras.
Había escrito en una carta en 1882: “Quiero llegar al punto en que la gente diga de mi trabajo: “Ese hombre siente profundamente”. Y esta ambición que pudo concretar en la pequeña Arlés8 es en la que se enfoca exclusivamente la muestra londinense.
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CURADURÍA
DISRUPTIVA
Es práctica común que
las exhibiciones se ordenen cronológicamente, siguiendo el desarrollo del
artista, pero he aquí estamos en la Galería Nacional de Londres con las
pinturas producidas por Vincent Van Gogh en los últimos dos años de su vida en Arlés,
Francia, cerca del asilo de Saint Remy, todas mezcladas, guiadas por un
objetivo curatorial disruptivo: que nos enfoquemos en las pinturas haciendo de
lado los mitos.
No que la complicada
vida del artista no tenga un impacto sobre sus decisiones y prácticas
artísticas, y ayude a comprender su vida, pero mirar su creación en lugar de su
alma torturada es refrescante porque permite reconocer su talento bajo una luz
más clara. No obstante, a pesar de haber padecido serias limitaciones
económicas y sufrir quebrantos psicológicos, era respetado por otros artistas,
y además de ser espiritualmente creyente tenía una gran fe en su audiencia
futura.
La exposición desafía
lo que sabemos, pero no lo que nos gusta del pintor. De hecho, nos distancia de
la idea común de que no fue apreciado en su época y que se esforzó, casi
terapéuticamente, por expresar su atribulada psique en el lienzo.
Si bien es cierto que
el artista era pobre y tenía una enfermedad mental, gozaba del respeto de otros
artistas y se aferraba a una fuerte fe en su futuro público. Sabía que tal vez
no sería ampliamente comprendido en su época, pero creía que en 100 años lo
sería. Cambió lo que veía cuando pintaba para hacerlo más expresivo, pero no
para expresar sus propios sentimientos.
Por lo tanto, si
alguno percibe trauma o melancolía en su retorcido bosque de troncos de olivos
o en un paisaje nocturno arremolinado no es por accidente o como resultado de
una proyección terapéutica, sino porque Van Gogh quería que se percibiera así.
Por ello, todo lo que
hizo fue deliberado y planeado, aunque expresivo no buscaba comunicar sus
propias emociones o el estado de estas. Era un artista intencional, lo sabemos
por sus profusas explicaciones por escrito.
Una de las ventajas
que saltan a primera vista con el concepto de la exposición a cargo de la
curadora invitada Cornelia Homburg, una reconocida especialista en Van Gogh, es
la mezcla de obras distintos períodos es que hacen perder la noción del rápido
desarrollo conceptual y técnico de la obra, pero uno puede apreciar las
distintas maneras en que aborda ciertos temas en particular a modo de
variaciones, se trate de los girasoles, los jardines, los parques de Arlés y
los paisajes nocturnos.
El propósito de la
exhibición en criterio de Homburg ha sido “mostrar al artista en lugar de un
alma torturada. Por supuesto, nuestro interés se intensifica al comprender lo
difícil que fue su vida”.9
SEIS
SALAS: UN SOLO ENFOQUE
Estamos ante una
exposición meditada que se suma a las extensas celebraciones del bicentenario
de la National Gallery de Londres. Este año también se cumplen 100 años desde
que la Galería compró dos de las obras clave que se exhiben aquí: “La silla”
de Van Gogh y uno de sus jarrones de flores. Pero son más bien dos obras singulares,
“El amante” y “El poeta”, las que nos reciben en la primera sala afirmando
que esta exposición tiene tanto que ver con el hombre como con su arte.
“El amante” es
un retrato del teniente Milliet, un soldado de los zuavos que "tiene
todo lo que las mujeres de Arlés quieren"; “El poeta”, en cambio,
muestra a un colega pintor, Eugène Boch, rodeado de un cielo nocturno
típicamente Van Gogh; entre ellos cuelga “El jardín del poeta”, una vista del
parque fuera de la casa de Van Gogh en Arlés donde se encontraban los jóvenes
amantes.
Cada una de estas
pinturas contiene pistas sobre la vida interior del artista: se divertía con el
teniente y estaba un poco celoso de su éxito como amante; sabemos que, en vida,
Van Gogh fue una figura triste y solitaria, sostenido por su hermano Theo y
contando con la ayuda de unos pocos amigos, entre ellos Milliet y Boch.
Estas obras fueron
pintadas en 1888, el año en que se mudó a Arlés, y sirven como introducción al
hombre y a la exposición. De hecho, todas las obras de la muestra datan de
1888-89, los dos últimos años de su vida. A partir de ahí, las obras ofrecen
una visión significativa de su mundo interior y exterior.
La segunda sala, “El
jardín: interpretaciones poéticas”, incluye diecisiete intrincados estudios
de parques y jardines, de personas y plantas. Destacan particularmente las obras
“Parque en Arlés con casa amarilla en la esquina”, “Jardín con árbol
llorón” y el notable “Arbol llorón” que muestran a Van Gogh
trabajando en un estilo diferente. No quería que la pintura fuera un medio para
la representación, sino que se convirtiera en parte sustancial de la obra.
De una obra a otra
avanzamos en una suerte de crescendo de expresividad que obliga a detenerse.
Cada obra no representa la realidad natural, sino que expresa lo que el artista
desea hacernos sentir con sus personajes y entornos aprovechando el concepto de
objeto-cuadro que trasciende los límites de la bidimensionalidad.
A unos metros de
distancia, algunas de estas obras adquieren una cualidad tridimensional. Cuando
uno se acerca, se da cuenta de que Van Gogh ha vertido capas y capas de colores
brillantes al óleo sobre la tela.
Embadurna la superficie
de la pintura aplicando un dando forma a las capas no con un pincel, si no con
una espátula y con los dedos.
Este acercamiento
subjetivo continua con las ocho obras de la tercera sala donde nos invita a
entrar en “La casa amarilla”, la casa de habitación de Van Gogh en la Plaza
Lamartine en Arlés, que fue a la vez su estudio y su refugio. Aquí está también
la famosa “Silla” de Van Gogh, un pseudo autorretrato con solo una pipa
y un poco de tabaco como indicio del hombre, junto a la mágica e infinitamente
conmovedora “Noche estrellada sobre el Ródano”. También hay un
autorretrato más tradicional pintado en el asilo inmediatamente después de su
crisis en que reafirma su identidad como artista y como hombre en una búsqueda
para conocerse a sí mismo.
En lo técnico fue acusado durante su carrera de ser un dibujante competente, de usar pobremente los colores y tener un limitado conocimiento de la anatomía humana. Sin embargo, contaba con las habilidades necesarias para comunicar. Su impronta mediante gruesas pinceladas que aplicaba con rapidez, casi agresivamente, denotando su entusiasmo por interpretar una realidad cambiante que distorsionaba para expresar emociones.
"Noche estrellada sobre el Ródano", 1888.
Oleo/tela. Vincent VAN GOGH. Musee D´Orsay, París. Foto: AKEZ
La cuarta sala se
titula “Montmajour: una serie” y presenta seis paisajes sobrelas ruinas
de la Abadía de Montmajour del siglo XII. No se trata de paisajes figurativos,
sino de lugares imaginarios, inspirados en la tierra y creados en la mente.
También muestran otro estilo, en el que Van Gogh utiliza pluma y tinta, tiza y
lápiz, y se apoya menos en esas pinturas al óleo espesas y exuberantes que
siempre asociamos con su obra.
Y así llegamos a la quinta
sala, titulada simplemente “Decoración” y que muestra su maravilloso toque con
el color y la luz. La obra “Los estibadores”, se sitúa en un delicado
atardecer, mientras que “Retrato de un campesino” es un estudio absoluto
en el uso de tonos inesperados para crear un efecto sorprendente en los tonos
de piel y los mechones turquesa de la barba.
Aquí encontramos los dos Girasoles colgados a ambos lados de La Berceuse (La canción de cuna) como el artista había planeado originalmente. Un simple boceto de la obra, enviado por el artista a su hermano, está incluido en la guía de la exposición.
Finalmente,
la sexta sala contiene quince obras con escenas y paisajes alrededor del asilo
de Saint-Remy con sus olivares y la escarpada
caliza de la cordillera de Alpilles, que ofrecieron a Van Gogh un rico material para crear obras en serie. Desarrollando ideas que había establecido en Arlés, se fijó en ciertos temas y exploró sus posibilidades expresivas a través de variaciones. Son obras estilizadas que repiten muchos motivos familiares y nuevamente trabajan con diferentes colores, medios y texturas.
Las diversas representaciones de olivos constituyen un estudio maravilloso: vale la pena comparar y contrastar estas obras para verlas a través de la mente y los ojos del artista. Si pintaba un viejo olivo, enfatizaba su edad retorciendo el tronco y desfigurando sus ramas hasta que pareciera una anciana llena de arruga implacablemente deformada por los años. Le desesperaba la corrección en las figuras anhelando constantemente las desviaciones, los cambios a la realidad.
A veces, imaginativamente comparaba su propia obra con la producida por sus amigos pintores Gauguin y Bernard. Van Gogh a partir de entonces solía crear su obra en el estudio, una habitación que le habían proporcionado en el hospital, lo que lo llevó a producir algunas de las obras más estilizadas de su carrera. También utilizó el estudio para seguir creando "repeticiones" de obras existentes y nuevos retratos.
Aunque murió en 1890 a
los 37 años como un desconocido y sin mayor reputación, la influencia de Van
Gogh sobre el arte moderno comenzó casi inmediatamente tras su muerte. Deudores
de su legado y sobretodo de su conducta artística incluyen a expresionistas
como Edvard Munch y Francis Bacon que
encontraron en el románticamente su modelo de artista-mártir.
El único crítico que
en vida escribió a favor de Van Gogh fue el francés Albert Aurier: “Lo que
caracteriza su obra en su conjunto es el exceso de fuerza, de nerviosismo, la
violencia de expresión. Su colorido, ya lo sabemos, es increíblemente
deslumbrante, con esa cualidad metálica, como de joya. En su afirmación
categórica del carácter de las cosas se revela una figura poderosa: masculina,
atrevida, a menudo brutal, pero a veces ingeniosamente delicada.”10
Puede que Van Gogh nos parezca extremadamente familiar, a otros un mártir o un disruptor que sigue generando olas de cambio, pero la perspectiva que nos ofrece “Poetas y amantes” confirma que siempre hay algo nuevo que ver en Van Gogh y mejor aún, sentir.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA
Notas:
1. Rose, H.G. 1970. Mitología griega. Biblioteca Universitaria, Editorial Labor, Barcelona España. P.22
2. Bailey, Martin. (2021, 19 de febrero) “Pissarro predicted that Van Gogh 'would either go mad or leave the Impressionists far behind”. The Art Newspaper. https://www.theartnewspaper.com/2021/02/19/pissarro-predicted-that-van-gogh-would-either-go-mad-or-leave-the-impressionists-far-behind
3. Van Gogh, Vincent. 1888. Cartas. Van Gogh Museum, Ámsterdam, Países Bajos. Carta escrita desde Arles a Emile Bernard el 21 de agosto, 1988. https://vangoghletters.org/vg/letters/let665/letter.html
4. Backholer, Paul. 2009. How Christianity Made The Modern World. Byfaith Media. Inglaterra.
5. Van Gogh, Vincent. 1880. Cartas a Theo. Van Gogh Museum, Ámsterdam, Países Bajos. Carta escrita desde Cuesmes, entre el martes 22 y el jueves 24 de junio de 1880. https://vangoghletters.org/vg/letters/let155/letter.html
6. Ibid.
7. Citado en Gompertz, Will. 2016. ¿Qué estás mirando? Editorial Taurus, España. P. 80.
8. Van Gogh, Vincent. 1882. Cartas a Theo. Van Gogh Museum, Ámsterdam, Países Bajos Carta escrita desde la Haya, viernes 21 de julio, 1882. https://vangoghletters.org/vg/letters/let155/letter.html
9. Citada por Vanessa Thorpe (2024, 14 de Setiembre) “They have done fantastically well: how London blockbuster Vincent Van Gogh exhibition is reframing myths”. The Guardian, Londres, Inglaterra. https://www.theguardian.com/artanddesign/2024/sep/14/vincent-van-gogh-national-gallery-show-dispel-tortured-genius-label
10. Aurier, Albert (1890, enero) “Les isolés: Vincent van Gogh”. Mercure de France. http://www.vggallery.com/misc/archives/aurier.htm
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