PROPUESTA 86: Sin Novedad en el Feudo
Exposición
colectiva de 28 autores costarricenses y foráneos: “Propuesta 86”. 28 obras en
pinturas al óleo, acrílico, acuarela, laca, técnica mixta, collage, ensamblaje,
fibras, batik, dibujo coloreado sobre madera, tela, papel, metal y cartón
corrugado. Espacio Jorge de Debravo. Del 17 de diciembre de 1986 al 15 de enero
de 1987, de lunes a sábado.
Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 9 de enero, 1987. Revisado por el autor el 12 de mayo, 2018.
La pretensión por convertir el Espacio Jorge de
Debravo en un sitio apto para la dignificación de la obra de arte y de respeto
al artista, tiene su culminación en la presente “Propuesta´86”; una encuesta a la pintura costarricense”.
Para evitar confusiones, debe advertirse que la “encuesta” no es representativa de los
autores costarricenses en el ámbito pictórico. Asimismo, un criterio acerca de
ese género, lo que en sí ya es positivo, no se refiere necesariamente a lo
tradicional, sino a una amplia gama de expresiones que tienen relación, a
menudo demasiado sutil, con la pintura.
Ejemplo de ello es la relativa representación que
se arroga la muestra de la pintura organizada en Costa Rica que incluye a dos
estadounidenses. La exhibición se caracteriza porque “le sobra lo que le falta” autores con trayectoria o proceso
artístico reconocido por la calidad intrínseca en su hecho creativo.
Es decir, propuesta.
Aquí entendemos propuesta como lo que es no como se promueve en la sala
Debravo; “proposición que se expone y
ofrece para un fin, nutrida por un quehacer propio (oficio y concepto plásticos
auténticos)”.
Clarificado el término conceptualmente podemos
advertir con justicia, que más de la mitad de las obras concurrentes responden
primordialmente a un agudo eclecticismo; domina la ausencia de autenticidad
cuando no de talento, como las de Solís, Rojas, Faba, Vargas, Burke, Castro,
Herrera, para citar algunos conocidos.
Por otra parte no es posible, para los responsables
de la exhibición, justificar el hecho de grandes ausentes, independientemente
de sus calidades intrínsecas, bajo el argumento de que “por diversos motivos no han podido participar” (¿Cuáles?), cuando
he podido constatar, al menos en tres casos, que no fueron invitados.
Los nombres de autores de trayectoria, no
incluidos, como Lola Fernández, Felo García, César Valverde, Alberto Ycaza,
Grace Blanco, Hugo Sánchez, Gerardo González, y expectativas como Félix
Arburola, Carmen Borrasé, o extranjeros residentes aquí como Alejandro
Aróstegui, (se sabe de extranjeros en la mostración), son prueba de algo
inexplicable.
"Sin título, 1986. Óleo/tela. Rafa Fernández.
EXCEPCIONES
No obstante los señalamientos anteriores, la
colectiva tiene algunos aspectos de interés, tales como la culminación de un
estilo de “cocina” pictórica en los
casos de Carlos Poveda y Rafa Fernández. El primero de ellos con mayor talento
y dominio de los recursos técnicos mediante los cuales, y especialmente con su
obra “Lluvia II”, consolida un estilo
que empieza a desprenderse de las decisivas influencias del diseño italiano y
venezolano.
Otros autores, como Edwin Cantillo y Carmen Santos,
están muy débilmente representados con obras de varios años atrás, propias de
una investigación más que de concreción plástica, como sabemos de algunas que
poseen actualmente.
Abunda en la muestra el empleo técnicas y efectos
tridimensionales a partir de objetos reales. Así como débiles “explosiones” de color y luces de acento
meramente decorativo, que convierten el arte en un terreno de absoluta
experimentación, a menudo improcedente por no tener como corolario de una
concreción de propuestas plásticas propias.
En otras palabras, se convierte la pintura en un
simple laboratorio, donde los elementos plásticos se diseccionan para presentar
la parte como un todo, en una posible exposición que suele venir.
Debe advertirse, asimismo, la desestimación de una
naciente tradición nativa; a saber, la tejeduría de acentos no figurativos y
vocación artísticas, que se inició hace un bienio.
La reciente obra de Otto Apuy, fuera de catálogo,
permite conocer su más reciente progreso en colorido e independencia de la
gráfica, todo dentro de una línea conceptual.
Sigue interesado, por su consistente
constructivismo no figurativo, José Alberto Berrocal, que confronta una de sus
mejores propuestas en una técnica mixta. La sobriedad del color y la armonía
geométrica revelan un conocimiento y disciplina propios de un artista e
investigador que ha vuelto a exhibir con renovada fuerza.
No puede olvidar, pese al desigual conjunto, la
sugerente obra del dibujante y constructor, Roberto Lizano, que representa un
florero, flores, y una mesa con base en dibujo académico en color sobre cartón
corrugado. En alguna forma, su obra en proceso participa del “kitsch art” abundante en muchas
residencias locales y que refleja el “mal gusto” propio de tan entorno
determinado.
Su trabajo es un testimonio de una realidad, a
pesar de la aparente insignificancia de los elementos que construye con
sencillez y algo de ingenuidad.
Lo suyo, no obstante, es una propuesta válida y
abierta al espectador crítico. A modo de resumen, a la “Propuesta
‘86 “le sobra lo que le falta que, como se puntualizó antes. Es una
experiencia que, por lo pretendido de encuesta a la pintura originada en el
país, demanda más profesionalismo, independencia de criterio, honestidad
intelectual y trato equitativo.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC
Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 9 de enero, 1987. Revisado por el autor el 12 de mayo, 2018.
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