PROPUESTA 86: Sin Novedad en el Feudo

Exposición colectiva de 28 autores costarricenses y foráneos: “Propuesta 86”. 28 obras en pinturas al óleo, acrílico, acuarela, laca, técnica mixta, collage, ensamblaje, fibras, batik, dibujo coloreado sobre madera, tela, papel, metal y cartón corrugado. Espacio Jorge de Debravo. Del 17 de diciembre de 1986 al 15 de enero de 1987, de lunes a sábado.

La pretensión por convertir el Espacio Jorge de Debravo en un sitio apto para la dignificación de la obra de arte y de respeto al artista, tiene su culminación en la presente “Propuesta´86”; una encuesta a la pintura costarricense”.

Para evitar confusiones, debe advertirse que la “encuesta” no es representativa de los autores costarricenses en el ámbito pictórico. Asimismo, un criterio acerca de ese género, lo que en sí ya es positivo, no se refiere necesariamente a lo tradicional, sino a una amplia gama de expresiones que tienen relación, a menudo demasiado sutil, con la pintura.

Ejemplo de ello es la relativa representación que se arroga la muestra de la pintura organizada en Costa Rica que incluye a dos estadounidenses. La exhibición se caracteriza porque “le sobra lo que le falta” autores con trayectoria o proceso artístico reconocido por la calidad intrínseca en su hecho creativo.

Es decir, propuesta. Aquí entendemos propuesta como lo que es no como se promueve en la sala Debravo; “proposición que se expone y ofrece para un fin, nutrida por un quehacer propio (oficio y concepto plásticos auténticos)”.

Clarificado el término conceptualmente podemos advertir con justicia, que más de la mitad de las obras concurrentes responden primordialmente a un agudo eclecticismo; domina la ausencia de autenticidad cuando no de talento, como las de Solís, Rojas, Faba, Vargas, Burke, Castro, Herrera, para citar algunos conocidos.

Por otra parte no es posible, para los responsables de la exhibición, justificar el hecho de grandes ausentes, independientemente de sus calidades intrínsecas, bajo el argumento de que “por diversos motivos no han podido participar” (¿Cuáles?), cuando he podido constatar, al menos en tres casos, que no fueron invitados.

Los nombres de autores de trayectoria, no incluidos, como Lola Fernández, Felo García, César Valverde, Alberto Ycaza, Grace Blanco, Hugo Sánchez, Gerardo González, y expectativas como Félix Arburola, Carmen Borrasé, o extranjeros residentes aquí como Alejandro Aróstegui, (se sabe de extranjeros en la mostración), son prueba de algo inexplicable.

"Sin título, 1986. Óleo/tela. Rafa Fernández.

EXCEPCIONES

No obstante los señalamientos anteriores, la colectiva tiene algunos aspectos de interés, tales como la culminación de un estilo de “cocina” pictórica en los casos de Carlos Poveda y Rafa Fernández. El primero de ellos con mayor talento y dominio de los recursos técnicos mediante los cuales, y especialmente con su obra “Lluvia II”, consolida un estilo que empieza a desprenderse de las decisivas influencias del diseño italiano y venezolano.

Otros autores, como Edwin Cantillo y Carmen Santos, están muy débilmente representados con obras de varios años atrás, propias de una investigación más que de concreción plástica, como sabemos de algunas que poseen actualmente.

Abunda en la muestra el empleo técnicas y efectos tridimensionales a partir de objetos reales. Así como débiles “explosiones” de color y luces de acento meramente decorativo, que convierten el arte en un terreno de absoluta experimentación, a menudo improcedente por no tener como corolario de una concreción de propuestas plásticas propias.

En otras palabras, se convierte la pintura en un simple laboratorio, donde los elementos plásticos se diseccionan para presentar la parte como un todo, en una posible exposición que suele venir.

Debe advertirse, asimismo, la desestimación de una naciente tradición nativa; a saber, la tejeduría de acentos no figurativos y vocación artísticas, que se inició hace un bienio.

La reciente obra de Otto Apuy, fuera de catálogo, permite conocer su más reciente progreso en colorido e independencia de la gráfica, todo dentro de una línea conceptual.

Sigue interesado, por su consistente constructivismo no figurativo, José Alberto Berrocal, que confronta una de sus mejores propuestas en una técnica mixta. La sobriedad del color y la armonía geométrica revelan un conocimiento y disciplina propios de un artista e investigador que ha vuelto a exhibir con renovada fuerza.

No puede olvidar, pese al desigual conjunto, la sugerente obra del dibujante y constructor, Roberto Lizano, que representa un florero, flores, y una mesa con base en dibujo académico en color sobre cartón corrugado. En alguna forma, su obra en proceso participa del “kitsch art” abundante en muchas residencias locales y que refleja el “mal gusto” propio de tan entorno determinado.

Su trabajo es un testimonio de una realidad, a pesar de la aparente insignificancia de los elementos que construye con sencillez y algo de ingenuidad.

Lo suyo, no obstante, es una propuesta válida y abierta al espectador crítico. A modo de resumen, a la  Propuesta ‘86 “le sobra lo que le falta que, como se puntualizó antes. Es una experiencia que, por lo pretendido de encuesta a la pintura originada en el país, demanda más profesionalismo, independencia de criterio, honestidad intelectual y trato equitativo.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC

Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 9 de enero, 1987. Revisado por el autor el 12 de mayo, 2018.

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