BASQUIAT x BANKSY: El fin de la rebelión

Exhibición de Jean Michel Basquiat y Banksy. Dos pinturas de gran formato en acrílico y técnica mixta sobre tela, 20 pequeñas obras en papel y madera, filmes y fotografías. Museo Hirshhorn, Washington D.C., E.U.A. Del 29 de setiembre del 2024 al 26 de octubre del 2025. Abierto de lunes a domingo de 10 a.m. a 5:30 p.m.

La exposición Basquiat × Banksy en el Museo Hirshhorn de la capital estadounidense busca conectar dos titanes culturales, Jean-Michel Basquiat y Banksy, mediante una presentación aparentemente enfocada en sus respectivas obras. En el centro de la muestra se exhiben dos pinturas importantes: "Niño y perro en un hidrante abierto" (1982) de Basquiat y la obra de respuesta de Banksy, "Banksquiat: Niño y perro en parada y registro" (2018).

Si bien la premisa curatorial promete un diálogo enriquecedor entre el arte callejero, el arte contemporáneo y la cultura popular, la ejecución real de la exhibición resulta sorprendentemente pobre. El mensaje sociocultural y político no se examina, diluyendo el mismo en una solución didáctica y comercial.

Pese a los inicios de ambos artistas en el grafiti y el mensaje social contestario en espacios públicos urbanos desde sus propias y diferentes premisas conceptuales y estéticas la muestra resulta una oportunidad perdida.  La selección —particularmente de Banksy— es mínima hasta el punto de parecer más simbólica que sustancial.

Basquiat, por supuesto, fue un talentoso pero atribulado pintor afroamericano que falleció con tan solo 27 años en 1988 por una sobredosis de heroína. Dejó tras de sí una producción visual entre ingenua y neoexpresionista que fusiona la abstracción, la figuración y la palabra escrita. Es una obra que ha dado origen a toda una industria comercial, con trabajos que van desde muñecas Barbie hasta bolsos de diseñador que llevan su inconfundible sello.

Banksy por su parte es un artista británico que protege su anonimato y que es conocido por sus obras humorísticas, a menudo mordazmente críticas, con base en esténciles o plantillas que utiliza para sus representaciones desde finales de la década de 1990. También dirigió el documental nominado al Oscar en 2010, Exit Through the Gift Shop (Salida por la tienda de regalos).

Ambos artistas suelen usar la esfera pública como lienzo: Basquiat comenzó con grafitis bajo el seudónimo SAMO, y las pinturas de guerrilla de Banksy generan titulares en todo el mundo dondequiera que aparecen, a menudo en calles de ciudades por lo demás anodinas.

"Posicionar a Basquiat con Banksy pone de relieve elementos del legado de Basquiat, en particular la llegada de los tropos del arte callejero a los museos a través de su práctica de estudio", declaró recientemente la directora de Hirshhorn, Melissa Chiu, en un comunicado.1 No obstante, ambos artistas también se han convertido en figuras clave del mercado.

El récord de venta de una obra de Basquiat fue establecido en Sotheby's en el 2017 por una pintura sin título de una calavera realizada en 1982, que se vendió a un magnate japonés en 110.5 millones de dólares en subasta, lo que lo ha convertido después de fallecido en el artista estadounidense más caro de todos los tiempos.

Banksy no se queda atrás ya que en el 2018 vendió de manera infame una impresión de “Niña con globo” (Balloon Girl) que estaba a punto de autodestruirse tras la liquidación en la puja final, alcanzando un récord de 1 millón de libras (14 millones de dólares). La versión semidesmenuzada, rebautizada como Love Is in the Bin, se vendió luego por 186 millones de libras (254 millones de dólares) en el 2021, lo que supone su precio de subasta actual más alto.

La obra de Basquiat que se exhibe en el Hirshhorn es su cuadro de 1982 “Niño y perro en un hidrante abierto (Johnnypump)”.  Según se sabe, el gestor financiero Ken Griffin compró la obra en 2020 por más de 100 millones de dólares en una venta privada.

Vista general de la sala principal de la muestra "Basquiat x Banksy". 
Museo Hirshhorn, Washington, D.C. Foto: AKEZ.

En el Hirshhorn, la obra citada se exhibe junto a la versión de Banksy, donde la figura esquelética de Basquiat se une a un par de policías representados con base en el uso de esténciles o plantillas que lo cachean. El artista británico creó la obra para visibilizar los inicios de Basquiat como artista callejero con motivo de su exposición individual, "Basquiat: Boom for Real", en el Centro Barbican de Londres que tuvo lugar en el 2017.

Banksy realizó un par de obras del estilo llamado “arte guerrillero” en el exterior del museo, señalando en Instagram la ironía de que Basquiat expusiera en "un lugar que normalmente se empeña en limpiar cualquier grafiti de sus paredes".2 (La exposición atrajo finalmente a 216.389 visitantes, la mayor cantidad que el museo había visto en una sola muestra en 35 años).

El Barbican optó por dejar las obras ilícitas de Banksy in situ, cubiertas por una lámina protectora de acrílico. (La segunda pieza comparó la exposición con una feria, con una plantilla de una multitud haciendo cola para comprar entradas para una noria, con la corona característica de Basquiat en lugar de los carritos).

Banksy también realizó una versión en panel de madera de su versión de Niño y Perro, a la que tituló Banksquiat. Niño y Perro en Parada y Registro. La obra de 2018 se vendió por 71 millones de dólares (o 97 millones de dólares después de comisiones) en la subasta nocturna de arte contemporáneo y del siglo XX de Phillips New York en mayo de 2023.

La exposición en Hirshhorn también incluye 20 pequeñas obras de Basquiat sobre papel y madera de la colección de Larry Warsh, así como una proyección en galería de Downtown 81, la película producida por Glenn O'Brien, protagonizada por Basquiat en una interpretación semiautobiográfica de un joven artista y músico que lucha por sobrevivir en el East Village de Nueva York.

Obras sobre papel y madera. Jean Michel-BASQUIAT. Colección Larry Warsh. Foto: AKEZ

INGENUO Y AUTODIDACTA

Nacido en Brooklyn en 1960, hijo de padre haitiano y madre puertorriqueña, Basquiat comenzó a dibujar a los 3 o 4 años. Abandonó la escuela secundaria y se fue de casa a Manhattan a los 17 años, decidido a ser famoso.

Como la mayoría de los artistas, Basquiat dibujó de niño, y es famosa su práctica de copiar dibujos anatómicos mientras se recuperaba de un accidente de coche del libro de texto sobre anatomía humana que ha sido una referencia estándar en la medicina durante más de 150 años “Anatomía de Gray".

Sin embargo, su primera incursión real en el mundo del arte adulto fue a través del grafiti firmado con el acróstico SAMO que significa "Same Old Shit" (la misma mierda de siempre) que era una forma de expresar su descontento con la cultura comercial y el sistema en general. Junto a su amigo de la secundaria, Al Diaz, lo colocaron en los muros del SoHo (acróstico de al sur de la calle Houston, que era famoso por sus galerías) y su antigua escuela secundaria entre las décadas del sesenta y ochenta.

Como explica el historiador y crítico, Leonhard Emmerling, Basquiat fue "impulsado por un ansia irreprimible de reconocimiento, fama y dinero, siempre vacilante entre sus delirios de grandeza y una timidez insuperable, atormentado por la falta de seguridad en sí mismo y sus impulsos autodestructivos".3

Para el verano de 1988, cuando falleció por una sobredosis en el East Village, había logrado su ambición de ser célebre y adinerado. En los siete años previos a su muerte, realizó 37 exposiciones en galerías de Estados Unidos, Japón y Europa (muchas de ellas con entradas agotadas), apareció en la portada de una revista estadounidense de circulación internacional y se convirtió, a los 21 años, en el artista más joven en exponer en "Documenta", la prestigiosa muestra internacional de arte contemporáneo que se celebra aproximadamente cada cinco años en Kassel, Alemania.

A lo largo de esos siete años, en los que produjo cerca de 1.000 pinturas y 2.000 dibujos, y en los 37 años transcurridos desde su muerte, la naturaleza y la calidad del arte de Basquiat, así como el significado de su vida, han sido ampliamente debatidos, si bien cada vez se escribe menos sobre su mérito artístico y más sobre su identidad étnica y política.

En vida, fue visto de diversas maneras: como un genio, un oportunista, un primitivo sin formación o un sabio idiota, y debido a su negritud, fue considerado en una ocasión la mascota exótica y explotada de un mundo artístico predominantemente blanco en metropolis de Europa y Norteamérica.

Esa misma audiencia es la que controla la mayor parte de sus obras, ya que se cuentan con los dedos de la mano los museos que poseen obras significativas de Basquiat en sus colecciones dado que los precios exorbitantes de sus obras limitan su adquisición y apreciación pública.  Asimismo, no son muchos los historiadores y críticos de prestigio que se han ocupado a fondo del artista. Algunos como Will Gompertz en su amplio estudio sobre "150 años de arte moderno" ignoran a Basquiat, pero mencionan a Warhol y a Banksy.4  

No obstante, tras su muerte, muchos vieron a Basquiat como víctima de su propio éxito; su rápido ascenso y temprana desaparición en los años 80 se convirtieron en un símbolo de todo lo malo y peligroso de esa década sobrecalentada, con sus aparentes éxitos repentinos, listas de espera para obras no producidas y precios del arte por las nubes.

Las exposiciones que han tenido lugar tras su deceso han venido afirmando el argumento de que cualquiera que haya sido la dramática trayectoria y personalidad de Basquiat, todavía se habla de él porque hay algo apasionante, real y original en su arte.

De hecho, se ha sugerido consistentemente que Basquiat fue uno de los miembros más talentosos de una generación de artistas a los que les gustaba mezclar o hibridizar. Surgió en medio del auge juvenil del East Village a principios de los ochenta del siglo pasado, uniéndose al fenómeno más internacional del neoexpresionismo. El movimiento incluyó a pioneros como Keith Haring, Kenny Scharf, Francesco Clemente, Julian Schnabel y David Salle. 

De diferentes maneras, estos artistas fomentaron un amplio proceso de hibridación, difuminando las distinciones entre dibujo y pintura, abstracción y representación, arte culto y cultura popular, así como la pasión del expresionismo abstracto y la serenidad y la sabiduría banal del arte pop.

Más que muchos de sus colegas blancos, Basquiat tenía un tema apremiante que explorar en este estilo híbrido de palabra e imagen: ser negro en Estados Unidos. Como negro de clase media de ascendencia caribeña criado en la América urbana, él mismo era un híbrido que abordaba su raza desde diversas perspectivas. Podía honrar a boxeadores y grandes músicos, como Parker y Dizzy Gillespie, pero al tiempo que honraba a sus héroes de destinos “trágicos”, declaraba “No soy un artista negro, soy un artista”.

Como ha dejado claro la crítica de arte estadounidenses, Roberta Smith, “su arte era esencialmente una anatomía de sí mismo, una que plasmaba su pasión por el lenguaje y el conocimiento, su amor por la cultura popular y la música, su ambición y su negritud, e incluso la posibilidad de su propia muerte. Su obra es uno de los logros singulares de los años 80 y, gracias a su insistencia en que lo político es más fuerte cuando es más personal, también tiene gran relevancia” en el presente.5

"Sin título", 1982. Técnica mixta.  Jean-Michel BASQUIAT. Foto: AKEZ.

EN DEUDA CON EL GRAFITTI

Antes de pasar al lienzo, Basquiat utilizó "materiales encontrados", como cartón y papel desechados o escombros de construcción. En parte, esto nació de una clara necesidad: el lienzo cuesta dinero, mientras que las ventanas rotas estaban a la orden del día en el centro de Manhattan en la década de 1970.

Pero el uso que Basquiat hacía de los materiales encontrados también era, como lo demuestran las ventanas, puertas y secciones de vallas de madera pintadas por él una estrategia artística audaz que resonó incluso en sus creaciones más convencionales.

A diferencia de los ready-mades, los productos manufacturados que Marcel Duchamp exhibió como arte a principios del siglo XX, los objetos encontrados de Basquiat no son exactamente esculturas. Son superficies sobre las que pinta. Pero, al ser también objetos reconocibles por sí mismos, poseen una cautivadora ambigüedad.

Así, por ejemplo, no se puede ver "Sin título (Refrigerador)" (1981) solo como un electrodoméstico, ni solo como una superficie para dibujar; cuanto más se observa, más parece oscilar entre ambas categorías. Y una vez que uno se familiariza con esa ambigüedad, empieza a verla por todas partes.

El pequeño refrigerador achaparrado está adornado con una explosión de letras y un rostro, pero se detienen justo antes del asa, dejando que la sección inferior, casi vacía, equilibre su efecto. Incluso aunque cada marca sobre la superficie tiene el mismo peso en una puerta amarilla intrincadamente pintada, Basquiat mantiene un cuidadoso control de la forma y el color para crear un efecto general de armonía y estabilidad que equilibra la energía frenética de sus líneas.

"Sin título (Refrigerador)", 1981. Dibujo/ready-made. Jean-Michel BASQUIAT. Foto: AKEZ

Basquiat no dedicó mucho tiempo a pintar grafitis callejeros, pero utilizó sus técnicas a lo largo de su carrera. El repertorio reducido de signos fáciles de reconocer del grafitero puede ser tan efectivo en la pared de una galería como en el lateral de un edificio, y uno de sus favoritos —una corona sencilla, casi icónica— aparece en muchas de sus obras como una puerta de armario de madera blanca titulada "Éxito menor" (1980) Abajo de esta composición vertical se pueden apreciar un rostro sin rasgos y un auto caricaturesco. Estos mismos elementos aparecen también, en las obras en pequeño formato presentes en la muestra del Hirshhorn.

"Si le preguntas a 10 personas" sobre la corona, afirma el historiador y curador austriaco Dieter Buchhart, "te darán 10 significados diferentes". Como evidencia cita la conocida frase de Basquiat de que sus temas artísticos —músicos, atletas, artistas— eran "la realeza, el heroísmo y las calles", y la forma en que la corona sirve para enfatizar imágenes u obras particularmente especiales para el artista.6

En esencia, sin embargo, la corona reclama un manto figurativo de realeza para el propio artista, para la figura que retrata, o para ambos: los rostros y cuerpos de Basquiat a menudo se leen, al menos parcialmente, como autorretratos. Pero también es más matizado, particularmente al ser ejercido por un joven artista negro con la intención de convertirse en una celebridad.

Cabe entonces preguntarse qué tipo de contexto social lo llevó a hacer afirmaciones de dignidad tan tajantes. ¿Uno en el que los rostros negros luchan por ser reconocidos como individuos? ¿O uno en el que el estatus proviene de la posesión de objetos materiales como un auto de lujo?

Otro aspecto del grafiti que Basquiat conservó fue el uso de la escritura para generar efectos visuales. En muchos collages y obras sobre papel anteriores, una avalancha de escritura en mayúsculas llena cada centímetro cuadrado disponible. Pero no se puede leer de principio a fin y esperar encontrar un argumento. Lo que se obtiene, en cambio, es una nube de asociaciones imprecisas, más parecidas a una imagen, en la forma en que se lee, que a la prosa común o incluso a la poesía.

Esta cualidad se ve amplificada por la forma en que Basquiat combina el dibujo y la escritura como en la obra "Multisabores" (1982), un lienzo azul rey sobre bastidores de madera a la vista, podría parecer simplemente una pintura. Estamos nuevamente ante objeto muy peculiar. Si la revisas verás que tiene una corona amarilla de tres puntas en el centro y una nube de círculos rojos y amarillos a un lado, y que la escritura blanca, amarilla y rosa, dispuesta sobre bloques negros y azules, forma una composición impactante. 

Al leerlo, encuentras un grupo de lo que parecen ser referencias a anuncios o letreros de restaurantes, frases como "comida barata" y "POLLO PICADO CON MULTISABORES". No se puede decir con certeza si es sátira o poesía, ira, exuberancia o humor. Pero casi podría ser todo.


"Multisabores", 1982. Técnica mixta/tela. Jean-Michel BASQUIAT. Foto:AKEZ

VIOLENCIA PRIMITIVA

Sus figuras primitivas y furiosas, coloreadas con intensidad sobre lienzos y sobre objetos cotidianos como puertas y refrigeradores, fueron juzgadas por los críticos como una muestra de una precocidad asombrosa y una inocencia poco común entre los artistas contemporáneos.

Algo en particular, más fácil de apreciar es la conservadora organización que Basquiat les dio a los elementos de sus pinturas. La profusión de marcas puede ser engañosa, pero si reconoces los arañazos y garabatos en obras como "Éxito Menor” (Minor Success), por ejemplo, como textura en lugar de información separada, verás que la disposición de la corona, el rostro y el coche es simple. 

La pieza más impactante quizás sea una pintura sin título de 1982, el año en que el propio artista afirmó haber "realizado las mejores pinturas de la historia". Realizada en acrílico y esmalte sobre una manta de embalaje montada sobre bastidores de madera a la vista, muestra un rostro negro con rasgos blancos y una calavera rojo sangre marcada con pequeñas rayas negras como semillas de sandía.

Es un retrato desgarrador del costo psíquico del racismo: aunque los insultos y los clichés insultantes lo dejan ensangrentado y expuesto, la figura adopta una expresión "blanca" para convivir. Es una composición, que equilibra una figura densa en un lado con un espacio vacío en el otro, subrayando ambos para enfatizar. Y es un lugar tan bueno como cualquier otro para estudiar lo que podría ser el rasgo más distintivo de la obra de Basquiat: su línea.

La línea que describe esta calavera tiembla como alguien desnudo en una tormenta de nieve. Crea una fractura en la mandíbula, cejas desiguales, un bulto en la coronilla. No deja nada sin aclarar; el dibujo es tan fácil de leer como un diagrama geométrico. 

Pero esta inestabilidad transmite información adicional. Le otorga a la figura una intensidad particular, haciendo que los ojos se entrecierren y los dientes rechinen, y otorga una intensidad similar a la obra de arte en su conjunto, evocando la tensión y la energía que debieron de invertirse en su creación. Al mismo tiempo, da una idea, más vívida que cualquier mera biografía, de la personalidad del hombre que la dibujó: frenética y melancólica, eléctrica, incandescente.

"Sin título", 1982. Acrílico y esmalte/tela. Cortesía Sotheby´s, New York. Foto: AKEZ

RETROALIMENTACIÓN O DUELO

La muestra en el Hirshhorn es una suerte de falso duelo entre dos obras que se retroalimentan en las mismas raíces del arte urbano, aunque la sustancia gravite más hacia Basquiat que hacía Banksy como indicamos antes. 

En el centro de la sala “Niño y perro en hidrante abierto” con un formato de 420 cm de ancho por 240 cm de alto, muestra a un niño negro demacrado jugando con su perro.

Se encuentran en el centro de la tela, atrapados en el chorro de agua de un hidrante de incendios abierto, en referencia a la "Johnnypump", jerga neoyorquina para describir una boca para apagar incendios que se abre en verano para que los niños jueguen con el torrente de agua. Además, los colores cálidos que presenta sugieren un paisaje abrasador.

La pintura es un claro ejemplo del estilo neoexpresionista con que el artista fue vinculado por los marchantes europeos, que se fusiona con cierto primitivismo. El niño esquelético representa la forma en que el artista captura figuras negras en sus pinturas, mientras que el perro está pintado con pinceladas fuertes y rápidas. Esta técnica era popular entre los artistas neoexpresionistas de la época.

Estamos ante una representación que evoca la adolescencia de Basquiat en las calles de Nueva York, donde las bocas de incendio abiertas eran muy comunes durante la temporada de calor, evocando nostalgia de la infancia y los veranos urbanos. Con esta pintura, el artista muestra su experiencia como grafiti y, con el uso de líneas irregulares, logró crear figuras con elementos clave familiares.

La obra es bastante similar al resto de las pinturas de Basquiat, debido a las figuras esqueléticas y al cabello de tres puntas en la cabeza del niño. El cabello de tres puntas refuerza el uso de una corona, un tema recurrente en su obra, para retratar a las personas negras como reyes y la libertad que disfrutan incluso en sus vidas más sencillas.

Si bien la mayoría de las obras del artista suelen denotar el tema de la resistencia, Niño y perro en una bomba de agua parece ser una versión editada de sus obras emblemáticas. No hay referencias a la política ni a recuerdos de violencia histórica. Apenas hay una suerte de idilio urbano, es decir una representación ideal de una apropiación naif o ingenua.

Pero de alguna manera, el tema racial logró abrirse paso en la pintura por medio del uso que hace Basquiat de una figura esquelética y el cabello trenzado que lleva a reflexionar sobre el estereotipo de que el cuerpo negro es socialmente discordante. Al igual que la mayoría de las pinturas de Basquiat, captura una perspectiva de la experiencia afroamericana y la representa a un nivel elitista.

Esta pieza parece sencilla y enigmática, pero es a la vez multifacética, como si nos dejara un misterio para reflexionar más tarde. El motivo de la obra transmite mensajes sintéticos sobre problemas sociales, como el racismo en Nueva York, en lo particular, y los Estados Unidos, en general. Los colores y la confusión reflejan la diversidad y el bullicio de Nueva York que hacen de la ciudad lo que fue en el pasado y lo que es en el presente.

Tras haber aprendido tanto de la técnica del grafiti, retribuyó a esta forma de comunicación promoviéndola y ayudándola a ganar relevancia en galerías de todo el mundo. Sin embargo, como la mayoría de sus pinturas, Niño y perro en un hidrante (1982) recibió inicialmente reacciones encontradas.

Algunos se sintieron atraídos por su enfoque crudo y poco convencional, elogiando su capacidad para capturar la energía de la cultura callejera y su crítica a los temas sociales. Otros desestimaron la obra debido a su aspecto tosco y su asociación con el grafiti, algo que no era aceptado en el mundo artístico convencional de la época.

Con el tiempo, a medida que el estilo único de Basquiat ganaba reconocimiento y su profundidad temática se hacía más evidente, su arte comenzó a recibir mayor reconocimiento. Las críticas tuvieron una influencia mínima en la popularidad de la pintura, que se convirtió en la segunda más cara de Basquiat.

"Niño y perro en hidrante abierto (Johnnypump)", 1982. Técnica mixta/tela. 
Hirshhorn Museum, Washington, D.C. Foto: AKEZ

BANKSY IRONIZA SOBRE BASQUIAT

Banksy, por su parte, es posiblemente el artista callejero más famoso de la actualidad, ha logrado ocultar su identidad a pesar de la especulación generalizada. Sus primeras obras identificables aparecieron en trenes y edificios de los alrededores de Bristol, Inglaterra, a principios de la década de 1990.

Al principio de su carrera, desarrolló su estilo característico, una técnica de esténcil principalmente monocromática, adoptada en parte por su rapidez de ejecución y en parte como homenaje al artista francés Blek le Rat (también conocido como Xavier Prou), pionero del grafiti con esténcil en París en la década de 1980. Desde que su primer mural a gran escala apareció en Bristol en 1999, Banksy se ha hecho conocido por sus ingeniosas bromas y sus obras políticas antiautoritarias.

Como ya señalamos este famoso artista callejero estrenó al inició en 2017, dos nuevas piezas en Londres al mismo tiempo que tenía lugar la retrospectiva de Basquiat en el Centro Barbican, la primera muestra a gran escala de la obra del artista en Gran Bretaña.

La obra muestra a policías británicos cacheando e interrogando al niño del cuadro de Basquiat mientras el perro observa, denotando temas de raza, poder y violencia estatal.

En la pintura original, el niño levanta las manos y abre los brazos, indicando un gesto de calidez. Sin embargo, en el mural, el niño expresa un estado de rendición desafiante, similar al sentimiento expresado por el lema "Manos arriba, no disparen", que se popularizó en años recientes, durante las protestas contra la violencia policial en los Estados Unidos.

A través de su obra, Banksy reconoce las acciones violentas contra la comunidad afroamericana y difunde este mensaje globalmente. El niño de Basquiat en el mural de Banksy representa cómo los jóvenes afroamericanos que son injustamente perseguidos.

La obra también insinúa el auge de la política que busca orden y paz, impulsada por los temores al terrorismo y la delincuencia. Destaca la contradicción de una sociedad que afirma apreciar las diferentes culturas, pero rechaza a los migrantes que buscan seguridad y emplea una violencia innecesaria contra las personas de color, en criterio del grafitero.

Los policías en el mural de Banksy son en blanco y negro, lo que le da a la pieza un significado completamente nuevo y contrasta marcadamente con la pintura colorida y primitiva de Basquiat.

Banksy también se burló del Barbican, conocido por su tolerancia cero con el grafiti. En su Instagram, Banksy publicó una foto del mural y escribió: “Una importante nueva exposición de Basquiat se inaugura en el Barbican, un lugar que normalmente se esmera en limpiar cualquier grafiti de sus paredes.”7

Irónicamente, el Barbican se apresuró a contratar seguridad durante toda la exposición y creó una estrategia a largo plazo para proteger ambas obras con una cubierta protectora de plexiglás.

Según el Dr. Giles Shilson, presidente del Centro Barbican, inicialmente se temía que “el equipo de limpieza eliminara medio millón de libras de obras para la hora del desayuno”.8 Otros artistas que intentaron añadir algo a la obra de Banksy vieron sus creaciones retiradas rápidamente.

El mural no solo alude al trato que reciben los hombres negros en Occidente. También habla de cómo el mundo artístico trata a los artistas negros. Incluso hoy en día, no existe una sola obra de Jean-Michel Basquiat en ninguna colección pública de Inglaterra. Esto resulta desconcertante, considerando la popularidad y el estatus icónico del artista.

Junto con el mural, Banksy también creó otra obra que presenta la famosa noria London Eye con cinco pasajeros haciendo fila. Reemplazó las góndolas por coronas, utilizando el icónico símbolo de Basquiat.

"Banksquiat. Niño y Perro en Alto y Búsqueda", 2018. Banksy. Colección Phillips. Foto: AKEZ

COMUNIÓN Y TRIBUTO

Es ampliamente conocida la admiración de Banksy por Basquiat con quien comparte el honor de ser el único grafitero que ha alcanzado un alto nivel de popularidad e influencia en la era posmoderna. No obstante, Banksy también siguió el mismo camino que Basquiat: de grafitero a artista, de contestario a celebridad adinerada.

Ambos han tenido una enorme influencia, trascendiendo el mundo del arte, a pesar de provenir de diferentes períodos y trayectorias artísticas. Pero, si bien comparten estilos y contextos distintivos, comulgan en su abordaje del arte público urbano como un medio válido de comunicación política, una paradójica actitud anti-sistema que mejoró sus fortunas socioeconómicas personales, una crítica a la autoridad que oculta un tácito nihilismo y el uso del texto que, aunque de data antigua en el arte, potencia el mensaje en sus respectivas composiciones.

Es evidente que su aparente rebelión afirmada en la última década por teóricos y activistas de movimientos ideológicos que pregonan la descolonización, denuncian el racismo como un sistema estructural, y condenan a los estados capitalistas por la opresión de minorías hayan reposicionado a Basquiat y Banksy como favoritos del mercado de arte, pero el doble discurso de estos creadores confirma solo que su rebelión fue fallido porque siempre gravitó con una etiqueta de precio pegada a sus representaciones.

Puede que la presente muestra no honre la promesa curatorial de provocar un dialogo crítico a fondo sobre el arte y la fallida rebelión que suponía el grafiti o su canonización como medio pictórico, pero si ofrece una oportunidad para examinar a dos creadores contestarios sobredimensionados por el mercado del arte y el segmento de los que defienden “lo políticamente correcto”, que no rompen con la paradoja en su producción visual de hacer crítica sociopolítica a un sistema capitalista que les permitió cumplir la misma ambición de la seguridad económica, estatus de celebridades y la pasajera aceptación sociopolítica pública.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA

Notas:

1.    Chiu, Melissa. On Basquiat-Banksy exhibit. News release. (2024, 16 de Setiembre). Smithsonian Museum. https://www.si.edu/newsdesk/releases/hirshhorn-museum-opens-basquiat-x-banksy

2.    Sulcas, R. (2017, 18 de setiembre). Banksy Strikes Again, With Nod to Basquiat. New York Times. https://www.nytimes.com/2017/09/18/arts/design/banksy-jean-michel-basquiat-barbican-center.html

   3.    Emmerling, Leonhard. 2021. “Basquiat: la fuerza explosica de las calles”Taschen,                         Colonia, Alemania.

4.   Gompertz, Will. 2012. ¿que estás mirando? 150 años de arte moderno. Taurus, Barcelona,. España. 

     5.  Smith, Roberta. (1992, 23 de octubre). Basquiat: Man por his decade. New York Times                  https://www.nytimes.com/1992/10/23/arts/review-art-basquiat-man-for-his-decade.html

6.    Bruchhart, Dieter. 2024. “Jean-Michel Basquiat: The Iconic Works”. Rizzoli Electa, Nueva York, E.U.A.

7.    Banksy (2017, 17 de Setiembre): Post on his account at Instagram. https://www.instagram.com/p/BZJELJiAmb5/ 

8.    Giles, Shilson. (2018, 28 de noviembre). Barbican’s Banksy artworks become permanent fixtures. CityMatters, Inglaterra. https://www.citymatters.london/barbicans-banksy-artworks-become-permanent-fixtures/

 

Comentarios

Landy Granados dijo…
Gracias por traernos este análisis comparativo y crítico sobre dos celebridades que transgreden las definiciones de arte
Otto Apuy Sirias dijo…
Magnífico tiempo para abordar con seriedad el mérito o no de Basquiat y Banksy. Más allá de los factores de mercado, esta crítica es impostergable
AICA Próxima dijo…
Al fin una crítica que pondera el peso real de estos artistas urbanos transformados mercantilmente en "artistas"
AICA Costa Rica dijo…
En buena hora que este análisis crítico se presenta para mejorar la comprensión de los aciertos y desaciertos de estos emblematicos artistas contemporaneos.
Fundacion LiderInnova dijo…
Un análisis comparativo urgente dada la confusión entre expresiones como el graffiti y el arte
Alfonso Chase Brenes dijo…
Un análisis crítico de primera. Permite sopesar con precisión el aporte de ambos creadores sin caer en la adulación dominante. Gracias
Carlos Barboza Vargas dijo…
Veo Juan Carlos que escribes sobre la B. B. artística, a mi la que me gusta es la B.B. francesa de los 60. Bromas aparte, es interesante ver como el quehacer artístico está ligado a su cotización, la que a veces es engañosa, las casas de subastas o galerías ponen los precios y pujan hasta engrandecer el precio, luego pagan los impuestos y ya tenemos una obra de un artista joven cotizado y si está muerto mejor, así manejan la obra a su antojo. Conozco muchos casos de amigos, y luego no saben qué hacer con su obra, una tragedia. Y esta se produce en todo el movimiento americano del siglo XX como el caso Pollock……. Sin duda el arte plástico nació en las paredes de las cuevas y parece que estamos volviendo a ellas con el Art Stree, lo demuestran Banksy-Basquiat del cual das múltiples claves, en este artículo. Para los años 80 estaba trabajando sobre decollages de los carteles en las paredes de las calles y utilizaba pales de fruta para actuar sobre ellos con mis hijos que hacían grafitis. Los expuse en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza 1987. Mi nevera del taller intervenida por mis hijos compite con la de Basquiat. Buen domingo de junio, aquí calor, un abrazo 🤗👏👏👏👏🥂
Juan Carlos Flores Zúñiga dijo…
Por razones de espacio no me ocupe de como los marchantes usaban y desechaban artistas en los ochenta. Como conocidos agentes mantenían por ejemplo a Basquiat produciendo en sus sótanos y vendían as obras aun antes de ser terminadas e incluso iniciadas a cambio de notoriedad y dinero. Es un estilo de vida miserable y abusivo que lanzo nombres hoy establecidos en el mercado. Integridad cero. El hecho de que mucha de esa producción se quiera politizar a conveniencia solo habla de un nuevo nivel de explotación. ES lamentable en lo que el medio se ha convertido. Un abrazo y feliz día del padre
María Vargas Calderón dijo…
Muy claro y balanceado. Me encanta todo lo que aprende con cada nueva crítica que presenta Ars Kriterion. Adelante

Más leídos