FELIX ARBUROLA: "Status-Tuus"

Exposición individual del dibujante Félix Arburola (1947-2015): “Status Quo”. 12 dibujos en técnica mixta. Galería Andrómeda. Del 20 de noviembre al 1° de diciembre, 1986, de lunes a viernes.
       
Siempre hemos convivido con un “estado de cosas”. Su existencia constituye una veta, aparentemente inagotable, para quienes, con o sin talento, se lanzan a través de un medio de expresión artística en contra de su permanencia.
       
De alguna manera, el origen de la ilustración con visos socio políticos y culturales tiene sentido en la medida en que exista un orden establecido en la sociedad. Cuando éste no tiene un carácter opresivo, algunos autores, dedicados por lo general a la publicidad o al dibujo comercial, optan por nutrir sus obras de testimonios ajenos, como el dolor y la tragedia de pueblos vecinos.
       
Hay en esto mucho de truculencia, porque cuando no se siente la presión del Estado y sus agentes, ciertos autores inventan el miedo, cuando no el terror, que existe en otras sociedades con brutal obviedad. Así justifican su quehacer.
       
Numerosos dibujantes costarricenses son víctimas de una búsqueda gratuita del color y la violencia, de ahí inautenticidad de sus obras. Procuran lastimarse a falta de estímulos que justifiquen, en unos casos, su ideología “marxista”, y en otros, su frustración o paranoia.
       
Costa Rica, en general, ha carecido de regímenes totalitarios, juntas de censores oficiales y militares megalomaníacos, diferenciándose del resto de sus vecinos latinoamericano y caribeños.

Este conocimiento nos coloca en posición de analizar más positivamente la obra gráfica de Félix Arburola, discípulo, según su decir, del caricaturista Hugo Díaz y el dibujante Fernando Carballo, entre otros.



Sincera ilustración

Arburola, como otros dibujantes nativos, sobreviene el ámbito de la ilustración comercial, relegando a un segundo plano su aspiración más válida como dibujante. Sin embargo, a diferencias de otros, ha empezado a consolidar un estilo personal y un concepto gráfico respetables.
       
Exposición tras exposición se ha hecho evidente, para el espectador atento, la presencia de una identidad, determinante del estilo que ha logrado, en parte, independizar de sus “maestros”, así como de la cercana influencia de la gráfica guatemalteca, especialmente de Arnoldo Ramírez Amaya.

La presente muestra de este conocido autor de ilustraciones para textos y revistas infantiles, consistente de una serie de trabajos sobre manos estrambóticas que dominan el espacio cargado de grafías, cuadrículas y círculos dispersos, tiene el mérito de no ser otra cosa que ilustración.

En un medio donde el dibujo se expone con actitud vergonzante, resulta estimulante para el espectador enfrentarse a un trabajo que no pretende ser otra cosa más de lo que es.
       
Con una intencionalidad revelada en la verticalidad de las manos, evocadoras del orden, y las flechas que no sugieren, sino que decretan, juntamente con las correas que retienen, sin ánimo de perpetuidad, Arburola construye una propuesta donde los signos pretenden testimoniar una opresión social y política, globalmente cultural. No obstante, el significado de los signos ha sido develado por su autor, quien se ha visto superado por el carácter artístico de sus ilustraciones, que alcanzan visos sicológicos. Y lo que es más importante, resultados plásticos en algunas de sus obras.

Los 12 cuadros tienen, además, una secuencia que se muestra en una segunda lectura del conjunto y que apunta a una sucesiva transformación de la personalidad de la mano representada.
       
Hay en su trabajo algo que retoma del “pop art”, aunque ignoro si de manera consciente, y es el estilo del norteamericano Roy Lichtenstein (1923-1997) , quien, a diferencia de sus compañeros de generación, interesa no tanto por lo que observa como por el modo de observar. Y aquí nuevamente la anécdota sociopolítica pierde interés en favor un valor estético que la hace valedera.
       
El tema elegido y la forma exterior del cuadro son, a menudo, relegados a un segundo plano, dándose máxima importancia al modo de asimilar y construir una percepción visual.

Arburola ha recibido, por otra parte, la herencia de autores del decenio del 60, quienes dejaron que la calle se volcara en el arte y lo impregnara. Aunque sin la audacia de sus predecesores, este autor constituye una expectativa en la gráfica de nuestro país, muy a pesar de su contradictoria expresión oral de rendir testimonio gráfico de aspectos temporales, cuando no gratuitos.

Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, ACC

Fuente: La Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 5 de diciembre, 1986. Revisado por el autor el 11 de mayo, 2018.

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