CARMEN BORRASE: Propuesta
Exposición individual de Carmen Borrasé Povedano. 18 pinturas al óleo
sobre tela. Galería de Arte José Figueres, Banco Popular. Del 16 de setiembre
al 6 de octubre, 1986, de lunes a viernes.
Las muestras individuales conforman una
imagen más amplia del quehacer del artista porque ellas involucran,
principalmente, un compromiso más personal en la producción, selección y
confrontación en su obra.
No en vano, cuando conocí la pintura de
Carmen Borrasé Povedano (San José, n.1959), en la pasada sexta edición de “La nueva pintura de Costa Rica”, señalé
que para disponer de una perspectiva en cuanto a su labor plástica, era
indispensable una confrontación individual, hecho que ahora se presenta.
La exposición reafirma varios aspectos ya
señalados; aceptable oficio, predominio de la figuración sensible, y en una
porción importante de ella, valores plásticos, sobre los anecdotismos del
motivo o tema representados.
Debe precisarse también, que su juventud
coincide con una propuesta que, si bien nutrida directa o indirectamente de
fuentes pictóricas europeas, introduce una variante, necesaria en el contexto
de la pintura desarrollada por egresados de la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad de Costa Rica.
Se aprecia en su exhibición una coherencia
estilística originada en la circunstancias de haber reunido obras efectuadas
entre 1985 y 1986, acerca de una indagatoria específica; el manejo del concepto
de “realidades” (cortinas, nubes,
figura humana) con base en sustantivos y adjetivos, esencialmente, referidos a
cada realidad pictórica (Colgando, Lo rojo , Nudo, Oscuridad, Recuerdo,
Telones, etcétera).
IMAGEN PICTÓRICA
Las pinturas sobre tela son voluntariamente
convencionales. Se trata de una obra, por lo general, desprovista de una
directriz racional. Aun cuando pretende lanzar los objetos, marginados de sus
propios destinos y que pueblan sus lienzos, a una existencia a veces
desproporcionada, ellos se conservan, rigurosamente figurativos; no siempre
pueden eludir los resultados ilustrativos que tan bien conoce la autora por
haberlos estudiado.
No obstante, su tentativa es la de constituir lazos o
trampas, en el sentido de que las representaciones no sean lo que parecen ser.
Aquí podrá señalarse su lejano parentesco con
el pintor belga, René Magritte (1898-1967), cuya influencia tal vez le ha
llegado a la autora mediante terceros.
Magritte utiliza, especialmente durante su
residencia en Perreux, cerca de París (1927-1930), las telas o cortinas para
atrapar figuras humanas; parejas en algunos casos, como “Los amantes” (1928), de ese modo favorece un juego de la sinrazón,
la contradicción y el absurdo. Cuando reside en Bruselas, en los siguientes
decenios, incorpora las nubes como realidades de que la imagen es pictórica. Es decir, no la realidad a la que ésta
pretende referirse en ocasiones.
Es clara la distancia entre maestros como
Magritte y una joven que crea expectativas, como Borrasé. Pero también lo es la
intención, no siempre vana, de replantear como concepto esa imagen pictórica
que se autodenuncia como ilusión y que evita justamente, en el mejor de los
casos, la simple literatura o la identificación del espectador con el mero tema
anecdótico de la cortina, las nubes o las figuras humanas, como evocadoras de
la ausencia o cierto estado sensible, ligado más a la emoción o a la
irreflexión. Sin embargo, preocupa su falta de autenticidad en la vivencia de
los objetos cotidianos que incorpora.
Lo que denuncia esa pretensión, a veces
inútil, es su inconsistencia conceptual al proponer elementos
descontextualizados en los cuadros, sin el apoyo, consciente o no, de una
teoría y una ética que podrían ser muy bien una revisión del Dada o el
Surrealismo.
Lo suyo es un planteamiento plástico que se
acerca o empata con la crisis de la pintura postmoderna, la cual plantea interrogantes:
¿Para qué sirve la pintura? ¿Debe ser ilusión realidad? ¿Ha muerto la pintura
de caballete?
Es evidente que la respuesta, en su caso, no
sólo es apresurada, sino que podría resultar estéril, dado el camino que le
falta por recorrer en términos de disciplina y conocimiento.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA
Fuente: La
Nación. SINABI (2017), p.2B. Publicado el viernes 26 de Septiembre, 1986.
Revisado
por el autor el 13 de abril, 2018.
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