SALÓN NACIONAL DE ARTES VISUALES 2025: Banalidad y fragmentación

Salón Nacional de Artes Visuales 2025. 50 piezas de 45 autores seleccionados en pintura al óleo, acrílico, técnica mixta, acuarela, laca, grabado, dibujo, fibras, cerámica, relieve escultórico, esgrafiado, latexgrafía, ensamblaje, video e instalaciones. Museo de Arte Costarricense, San José, Costa Rica. Del 22 de mayo al 2 de setiembre, abiertas de martes a domingo.

Cuando se abraza lo mundano, se sobredimensiona la experiencia empírica del productor visual, se accede fragmentariamente a la historia que se desconoce y se desdeña la técnica que no se domina hemos completado el ciclo perverso de la estética de la banalidad promovida por el mercado y los agentes culturales oficiales o no.

El objeto o la solución más ordinaria “que menos puede gustar” parafraseando a Duchamp, es elegida y hasta premiada como ocurre en la nueva edición del Salón Nacional de Artes Visuales cuyo jurado honra con raras excepciones a sus predecesores con la misma indulgencia anodina de que “todo se vale” y por lo tanto “todo es arte”.

En esta oportunidad analizamos la estética de la banalidad y la fragmentación que dominan las obras de la mayoría de los 45 autores seleccionados para exhibir en el Museo de Arte Costarricense como parte del evento bienal citado.

Debemos al arte pop, particularmente estadounidense, que se entronizara la banalidad como estética en las expresiones contemporáneas elevando lo trivial y lo mundano a la categoría de arte con sus prácticas conceptuales caracterizadas por la repetición, la sociedad de consumo como motivo, la superficialidad y la indiferencia. Esto ha sido decisivo en la afirmación de un consenso alrededor de la idea de que “todo se vale en arte” y si todo se vale ¿podemos atrevernos a sostener que todo lo que cobija esa frase es arte?

Es claro que no importa el formato en que una persona comunica su mensaje, sino la intención, la elaboración y el impacto en el espectador. Criticar lo que el jurado en este nuevo salón califica como arte contemporáneo, no es estar en contra de las manifestaciones artísticas no tradicionales. Pero, callar equivale a renunciar al ejercicio de la crítica, al derecho de los espectadores a hacer preguntas válidas y recibir respuestas transparentes sobre lo que se presenta como arte porque, ciertamente, no todo se vale en arte.

Vista de la sala principal del SN25. Museo de Arte Costarricense (MAC). Foto: AKEZ

FATUIDAD SIN PLURALIDAD

Un aspecto que se demuestra consistentemente en las tres últimas ediciones del Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV) es que no se deben menospreciar las oportunidades de mejora continua en este tipo de convocatorias artísticas. 

Si lo que se pretende es la participación tanto de artistas veteranos como nóveles, y auténtica representación de la diversidad de movimientos y tendencias en la escena contemporánea, la convocatoria debe cumplir estrictamente con la promesa de “promover la pluralidad de visiones1, pero desde el 2019 la composición de los jurados, la normativa legal, y la organización de las bases del certamen, han coadyuvado a promover una falsa expectativa sobre lo que este evento debe ser.

Como punto de partida, hay tres problemas de fondo con la filosofía y ejecución de este tipo de convocatorias que he venido señalando desde el 2019: a)Es un evento organizado principalmente por curadores; b) No ha mediado un análisis crítico y discusión de fondo sobre su origen y propósito; y c) La restricción de espacios oficiales de exhibición y promoción sobredimensiona la capacidad de este evento bienal2 para que cumpla óptimamente con “la valorización y visibilización de las práctica artísticas actuales” bajo una “visión global e inclusiva de la producción nacional3.

En esta como en anteriores ediciones se repite el principio de que cada jurado-curador filtra conforme a su experiencia, conocimiento y preferencias subjetivas lo que quiere mostrar como fruto de su esfuerzo examinador. 

Como resultado al servir como examinadores en un certamen como el presente, conforme más conocen de conceptos, historia y prácticas artísticas posmodernas y/o contemporáneas más probable es que sufran de “parálisis paradigmática”. Peligrosamente, como he reiterado en otros espacios “su opinión experta constituye criterio profesional válido”.4

Por ello, aunque suene redundante debo recordar que, para ejercer un criterio independiente y profesional, conforme más conocemos, más necesitamos intencionalmente “desaprender” para evitar los juicios y prejuicios – efecto derivado de ser parte de una cámara tóxica- que impiden y/o restringen la libre experimentación del producto artístico sin metodologías críticas, que para los efectos es el caso por tratarse de un jurado curatorial y no crítico. Eso es lo que, específicamente, distingue al curador del crítico de arte como ya hemos explicado ampliamente distintos espacios mediales.5

El jurado del SNAV 2025 estuvo conformado por un grupo bastante homogéneo: Sofía Villena Araya, Luis Fernando Quirós Valverde y Esteban Calvo Campos. La primera es curadora jefe del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC).  Villena Araya ha señalado que su prioridad es “seguir impulsando la experimentación contemporánea ".6 

Por su parte, Quirós Valverde quien es diseñador y curador independiente trabajó en el MADC de 1994 al 2001 y con regularidad ha organizado y exhibido en dicho museo, entre otras instituciones oficiales.

Finalmente, Calvo Campos es historiador y curador de arte, actual director del MAC, quien ha coincidido con los otros jurados como director del MADC (2009-2013) y en proyectos en ARS/Teorética.

La integración para la presente edición no marca mayor diferencia con respecto a jurados precedentes, pero si tiende a ser más homogéneo en términos formativos y colaborativos curatorialmente hablando. Además, comparten la inclinación a conceptos curatoriales de moda como el decolonialismo, la teoría queer, los enfoques de identidad de género, y la marginalización, entre otros.

No obstante, se evidencia un claro sesgo en los procesos de selección y valoración del salón a falta de diversidad de criterio y profesionalización de los jurados, que comulgan en las mismas fuentes ideológicas y filosóficas, pero que, además, al compartir afinidad en la afirmación ideológica de una minoría cultural en detrimento de la mayoría imponen, tácitamente, serios límites a la libertad, al censurar a priori todo lo que ofenda a unos cuantos y que no calce con sus preferencias. El resultado tal fatuidad es una selección de obras contemporáneas vacías, anodinas, pero “políticamente correctas”.

"Superficie multidimensional 1 y 2". 2024-25. Acrílico/tela. Jesús Alonso DURÁN ALFARO. 
Museo de Arte Costarricense. Foto:AKEZ

HOMOGENIZACIÓN

Como he señalado antes, esto se debe en gran parte a la adopción del “group thinking” o pensamiento grupal homogenizador, “un fenómeno que ocurre cuando un grupo de individuos llega a un consenso sin un razonamiento crítico o una evaluación de las consecuencias o alternativas. El pensamiento grupal se basa en un deseo común de no alterar el equilibrio de un grupo de personas.  Este deseo crea, no obstante, una dinámica dentro de un jurado, por ejemplo, donde la creatividad, el criterio propio y la individualidad tienden a ser reprimidas para evitar conflictos.”7

El pensamiento grupal, si bien promueve la armonía y la toma de decisiones rápida, conlleva varias consecuencias negativas, como la toma de decisiones deficiente, la reducción de la creatividad y la sobreestimación de las capacidades del jurado. También puede resultar en la supresión de opiniones discrepantes y la falta de una evaluación crítica de los riesgos potenciales.

Una vez más en esta edición, sin ver las obras terminadas – aunque algunos artistas tenían obras listas – escogieron 50 producciones para exhibición presentadas por 45 artistas de un total de 260 propuestas por 212 autores a fines del año pasado durante la convocatoria.

35 de los preseleccionados recibieron medio millón de colones cada uno para concretar su respectiva propuesta – aun aquellos con obra terminada – y otorgó un millón de colones a los ganadores seleccionados por el jurado en tres categorías: bidimensional a Juan Carlos Zúñiga Villalobos; tridimensional a Victoria Cabeza Green; y otros medios a Priscilla Romero. Además, concedieron nuevamente este año tres menciones sin valor económico a Néstor Fajardo López, Ana Katrin Aason Bucher y Wendell Rivera Núñez.

Es importante señalar que estos no son premios de adquisición, el Estado asigna un presupuesto con base en el cual el jurado entrega “becas de producción” y otorga premios con valor económico.  Los artistas beneficiados no enriquecen el patrimonio de las colecciones públicas, ya que como me explicó el director del MAC, Esteban Calvo Campos, se “garantiza con esta acción un fomento a la creación y (se) da un espaldarazo a la carrera de los creadores”. Otra forma de ver esto, es que el salón se convierte en un espacio “seguro” donde el artista no asume riesgos importantes ni se enfrenta a una competencia que lo estimule a dar más de sí.  

El perdedor indudablemente es el público que no puede apreciar las obras que financió con sus impuestos y que eventualmente puede ser vendidas a terceros en otros territorios.  En otras palabras, este salón no es una bienal o un certamen, sino un evento creado por y para los artistas sin otra pretensión que sustentar económicamente a los seleccionados.

"Zona gris", 2024-25. Cerámica vitrificada, acabado pictórico, cerámico y patinas.
Beatriz PARRA THOMPSON. Museo de Arte Costarricense. Foto:AKEZ

El fallo de tres páginas para justificar una inversión de casi 21 millones de colones, solo en premios y becas – no incluye los gastos operativos del montaje, catálogo y salarios del personal a cargo - no fue publicado en línea para efectos de transparencia por lo que debí solicitarlo expresamente al director del MAC. 

En línea con los fallos precedentes es breve y puntual redacción recurriendo a términos de moda como que las propuestas acuden a “cuestionar las hegemonías culturales vallecentradas” y que el salón sirve de termómetro de la “crisis en que se mueve la cultura y el arte delante de las presiones hegemónicas de siempre y el mercado global que nos asfixia”.8

Las frases clisé del lenguaje ideológico en boga en la burocracia artístico-cultural costarricense se nutre de publicaciones que desde los noventa declaran el fin de la pintura, la crisis de los museos y el fin del arte que han sido sustituidos por el "post-arte" que según el crítico Donald Kuspit es “una suerte de nueva categoría visual que coloca "lo banal por encima de lo enigmático, lo escatológico por encima de lo sagrado, la inteligencia por encima de la creatividad".9

Por supuesto, voces como la de Richard Goldstein, editor en jefe de la revista estadounidense “The Village Voice”, tratan de tranquilizarnos. Ante la creciente presencia de lo banal en el arte contemporáneo, afirma que Cuando los objetos irradian —o cuando las personas proyectan— banalidad, podemos sentirnos tranquilos. Es una especie de consuelo sublime el arrullar la desproporción que proporcionan. Sujeto u objeto, el efecto es diáfano; ofrece la ilusión de transparencia. Pero también posee una superficie enigmática, una simplicidad voluntaria que genera la contemplación del vacío.”10

En su criterio, “los objetos banales son exclusivos de sus dueños. Su poder es el de un fetiche: un dispositivo cuyo único valor reside en cómo lo usamos para generar consciencia.”11

Tal vez por ello, el filósofo y crítico francés, Jean Baudrillard (1929-2007) bromeó con indiferencia diciendo que “el arte ya no es más que una especie de metalenguaje de la banalidad”.12 

"Asedio", 2024-25. Acrílico/lienzo. Eliecer RODRÍGUEZ. Museo de Arte Costarricense. Foto:AKEZ

“¡ME INSULTAN Y ENCIMA QUIEREN QUE ME ENOJE!”

Como diligentes patrocinadores del dinero ajeno, los miembros del jurado distinguieron con premios y menciones a seis miembros del selecto grupo de becarios que fueron preseleccionados con base en la promesa de “obras en proceso”.  

Las propuestas para ediciones anteriores comparten un mismo patrón en cuanto parecen ideadas para participar específicamente en el salón, pero además las ideaciones seleccionadas constituyen la terna de la que redundantemente se seleccionan consuetudinariamente los premiados para reducir, tal vez, la fatiga mental del comité evaluador. 

Tómese en cuenta que muchos de los seleccionados – ver las menciones y premios - ya han participado en salones anteriores y/o han sido tomados en cuenta por los jurados en curadurías, artículos, exhibiciones y estudios por lo que no hay realmente sorpresa con el fallo, solo predictibilidad y tal vez cierto conflicto de interés.

El sintético fallo elaborado en dos partes o momentos – proceso de selección y asignación de premios y menciones - afirma banalidades que ofenden la inteligencia de los espectadores, especializados o no.   Por eso, he venido sosteniendo públicamente que los curadores sin contrapeso de críticos en el equipo examinador fomentan la estética de la banalidad.

Todo esto me hubiera molestado profundamente décadas atrás cuando empezaba en el ejercicio de la crítica, pero ahora tengo más ecuanimidad cuando escribo porque no permito que me enojen los insultos a la inteligencia y sensibilidad que comunican los responsables de estos procesos con sus pobres decisiones por falta de mejor criterio.

"Un minucioso inventario sobre mí mismo y la inocencia", 2024-25. Lápiz de color, pastel al óleo y acrílico/papel. Néstor Alfonso FAJARDO LÓPEZ. Museo de Arte Costarricense. Foto:AKEZ

DE MENCIONES Y PREMIOS

La primera mención este año correspondió al estudiante de arte de la UNA-Heredia, Néstor Fajardo López por “Un minucioso inventario sobre mí mismo y la inocencia”, un conjunto de diez piezas que registra distintos momentos de su desarrollo como persona a partir de un álbum de fotos familiares y porciones del programa de doce pasos de AA (Alcohólicos anónimos).  Las escenas registradas en las imágenes han sido intervenidas por el joven autor borrando miradas tratando de deconstruir la memoria.  El personaje que emerge en casi todas las imágenes en pequeño formato es un infante, posando, jugando o interactuando con adultos.

El jurado sugiere la existencia de una estructura social a la cual Fajardo acude para validarse comportándose como un disidente.  Pero la fragmentación y las ideas preconcebidas pueden desorientar, ya que estamos ante fragmentos que literalmente crean una experiencia visual alternativa.  No hay disidencia, sino nostalgia. El acto de borrar las miradas es un acto de protección de la intimidad, y todo el acto evoca más bien afecto como si buscara reconciliación en lugar de reparación por algún trauma personal.

Es una obra autorreferencial que deconstruye el pasado reinterpretando narrativas familiares con el vano objetivo de desafiar nociones tradicionales de representación y percepción. No hay ambición artística, ni tampoco aporte técnico, tan solo una exploración personal sin mérito artístico, en un acercamiento abusado en las muestras de arte contemporáneo.

"S.N.201124", 2024-25. Composición textil. Ana Katrin AASON BUCHER. 
Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

La segunda mención fue otorgada a la canadiense Ana Katrin Aason Bucher por “S.N.201124”. La recordamos por su exposición “Más allá del índigo” en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (18 de julio al 23 de noviembre, 2024).  Estamos ante una obra de composición geométrica con cierto efecto cinético por su ilusión de movimiento y profundidad, realizada con base en una técnica textil de teñido del lienzo o superficie pictórica.

El jurado justifica la mención por la supuesta evocación simbólica de la sociedad y la cultura mesoamericana que propone la artista.  En realidad, estamos ante un diseño desprovisto de atavismo cultural, abierto a cualquier interpretación por antojadiza que parezca. 

No obstante, la autora no usa títulos por lo general en sus obras claramente orgánicas y no pretenciosas artísticamente. Sigue la tradición abierta por artistas pioneros como Anni Albers, Bridget Riley, Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez y Yaacov Agam cuyos descubrimientos se han transformado en décadas recientes en una industria.

"El cocodrilo", 2024-25. Técnica mixta/tela. Wendell RIVERA NÚÑEZ. 
Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

La tercera mención, distinguió al autor, mayormente autodidacta, Wendell Rivera Núñez por su obra “El cocodrilo”.  Se trata de una obra figurativa en técnica mixta sobre tela que cultiva la apariencia de lo prehistórico mediante formas y colores pétreos reminiscentes del informalismo. La terrosidad en su composición es lograda mediante la integración de materiales no convencionales a los que nos habían acostumbrado los franceses Jean Dubuffet y Jean Faultrier en las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

Rivera es de hecho un aprendiz incansable que adopta las pinceladas enérgicas, los chorreados y las texturas informalistas con un claro apego por la vieja escuela.  Sin embargo, su obra no planificada y emotiva, no corresponde a la angustia existencial o la exploración de la condición humana que caracterizó a los informalistas. 

El jurado escuetamente señala su logro al manejar “tan singular materialidad que refiere al suelo, a la geografía y filiación con la naturaleza”.  No importa que la obra se llamé el “cocodrilo”, o que represente un informalismo tardío y un tanto trasnochado, pero lo que resulta preocupante es que los “expertos” afirmen que la cromática de esta obra “la eleva al pedestal que antes ocuparan las técnicas y procesos artísticos tradicionales”. Esta atrevida aseveración es un insulto a todos los artistas que con honestidad, profesionalismo y mérito han incursionado en el informalismo en este país desde 1960. 

"Epílogo", 2024-25. Técnica mixta/tela. Juan Carlos ZÚÑIGA VILLALOBOS. 
Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

El premio en la categoría bidimensional correspondió a Juan Carlos Zúñiga Villalobos- conocido por sus investigaciones en la cerámica precolombina - por su técnica mixta con acrílico sobre tela “Epílogo”.  Según el jurado el premio se le otorgó por “utilizar la técnica autóctona del esgrafiado escultórico”, lo que obliga a una revisión histórica puntual.

El esgrafiado (derivado del italianosgraffiare” que significa rascar) tiene raíces milenarias, remontándose hasta el siglo IV A. C., pero fue en la Edad Media cuando alcanzó su apogeo técnico. En este período, en el mundo islámico, se destacó especialmente al decorar piezas del servicio de mesa, así como cerámicas de almacenamiento.  Como técnica ornamental arquitectónica fue utilizada para la decoración de muros, tanto en el exterior como en el interior de edificios. En la representación bidimensional artistas como Klee, Rembrandt, y Goya usaron la técnica. 

El aporte de Zúñiga como investigador a partir del esgrafiado en cerámica en Nicoya, busca que la “pintura evoque cerámica - con motivos inspirados en lo precolombino- y, al mismo tiempo, que la cerámica parezca pictórica13.  Esto ciertamente parece más logrado en investigaciones realizadas entre el 2019 y el 2021 que bajó el concepto de “Abstracto” mostró Zúñiga en la Galería 11-12.

Si la pretensión del artista es que su arte sea universal, indistintamente de la técnica desarrollada, su obra debería ser juzgada por sus méritos en términos de calidad formal y conceptual, no solo por su técnica. La melancolía por un pasado que ya no existe resulta contradictoria en un evento que pregona la contemporaneidad.  Zúñiga debe recibir reconocimiento por su investigación, pero eso no lo hace arte, o es que “todo se vale”.

"Just toys in the Gulf of America", 2024-25. Instalación. Victoria CABEZAS GREEN. 
Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

El premio en la categoría tridimensional fue entregado a Victoria Cabezas Green por “Just toys in the gulf of America” una instalación claramente lúdica pero superficialmente crítica sobre conceptos políticos y culturales con que crecimos en los entornos universitarios de izquierda. Aunque Wikipedia la presenta como una artista visual y fotógrafa estadounidense que ha desarrollado su producción en Costa Rica, es claro que el jurado la considera legalmente costarricense.

He tenido la oportunidad de escribir sobre Cabezas desde 1985 cuando su medio predominante de expresión era aún la fotografía. Entonces producía composiciones inmutables y frías en una búsqueda oscilante entre lo existencial y lo onírico, de piernas e iconos televisivos femeninos, acentúa un contenido gratuito, sin drama.14

Luego pude revisitar su aporte experimental con su colorido “políptico” de 1973, que en nada me preparó para su inconsistente narrativa simbólica de “banano emplumado” del mismo año, un objeto tridimensional que parece más una humorada que el resultado de una seria investigación.15 De hecho, el tema ya había sido adelantado por Andy Warhol en 1967 en la portada de la banda de rock “Velvet underground”. Las primeras copias fabricadas del disco invitaban al propietario a «Peel slowly and see» (Pelarlo lentamente y ver). Al hacerlo, se mostraba un plátano de color carne absolutamente fálico.

En el presente escenario, el jurado se inclinó por celebrar con este nuevo premio – recibió también recientemente el Premio Nacional de Cultura 2024 por una retrospectiva - “un abordaje que fundamenta una obra consistente en su trayectoria”, por su recurrente uso del banano como símbolo de las “banana republics” y la bañera en que navegan como analogía del Golfo de México, recientemente rebautizado “de América” por Google.

La bañera ha sido utilizada como elemento central en instalaciones artísticas con fines artístico-políticos en numerosas ocasiones con distinto grado de éxito. Ejemplos famosos del uso de la bañera en instalaciones son “Eureka” (1993) realizada por Janine Antoni, nativa de Bahamas, que lleno una bañera de manteca de cerdo y luego creo un molde con su cuerpo desnudo en ella, “Flor” (2014) de Ai Weiwei instalada en el hospital de la prisión de Alcatraz donde se llena una bañera con miles de flores en contra del totalitarismo, "Fino equilibrio" (2018) de Brian Goggin en Petaluma, California, mostrando dos bañeras victorianas sobre zancos, y “Sumérgete en el baño del orgullo” (2023) concebida por la productora y fotógrafa inglesa, Laura McCann.

Una instalación es tan buena como la capacidad y creatividad de su desarrollador. En este sentido el aporte de Cabezas incumple con el sentido de especificidad que debe tener una instalación efectiva ya que el contexto de exhibición es neutral, tampoco fomenta la interacción o inmersión porque la seguridad impide jugar con sus banano-botes eléctricos en la tina, ni logra integrarse al espacio arquitectónico para crear conciencia. Es divertido, pero sin sentido. Es fácil olvidar la obra cuando se pasa a otra sala.

"Cartografía de una diáspora", 2024-25. Latexgrafía sobre papel Gampi. Priscila ROMERO CUBERO. 
Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

Finalmente, el premio en la categoría “Otros Medios” fue concedido a Priscilla Romero por la obra bidimensional “Cartografía de una diáspora”.  Se trata de una latexgrafía, una técnica de grabado y estampación desarrollada por la costarricense y defendida en su tesis doctoral del 2021 en la Universidad Politécnica de Valencia.

Romero ha usado su técnica para replicar huellas de piel humana utilizando látex natural, que luego se entintó e imprimió sobre papel Gampi japonés. El resultado es una suerte de mapa compuesto por impresiones fragmentadas de piel humana que simbolizan un tejido comunitario según su perspectiva.

El jurado influido, probablemente, por el jurado Quirós Valverde brinda una lectura “decolonialista” del trabajo de Romero. Esta corriente de pensamiento y acción política busca superar las estructuras de poder y conocimiento establecidas por el colonialismo y el imperialismo, especialmente en América Latina y otras regiones que sufrieron la colonización. Si bien la artista pretendía involucrar a las personas como parte de la creación en un proceso colaborativo, el jurado vio la concreción de “un archivo en torno a la piel humana”. 

Como obra visual, no estamos ante una deconstrucción de narrativas eurocéntricas ni ante la exploración de perspectivas y epistemologías marginadas, particularmente las relacionadas con pueblos indígenas y afrodescendientes. Resulta un tanto acomodaticio restringir esta obra a un mero archivo o memoria, ya que basta no ver el título para identificar cualidades estéticas en su collage gráfico de estampas.  Hay en Romero una habilidad técnica envuelta en una poética visual aleatoria que justifica su selección, no así su premiación. Es una investigadora que puede devenir en artista conforme madure conceptualmente.

Sala anexa SN25 con obras de Daniela ACUÑA, Loida PRETIZ, Sofía UREÑA, Eduardo ELIZALDE y María José UMAÑA. Museo de Arte Costarricense. Foto: AKEZ

LA PARADOJA DE LOS FRUTOS

No me ocuparé de las restantes obras exhibidas en este salón algunas de las cuales tienen méritos, pero sufren injustamente por su cercanía con las que han obtenido con poco o nulo mérito “menciones” o “premios”. Pero, deseo puntualizar tres observaciones finales:

A)  A pesar de que es un evento sesgado desde la integración del jurado hasta su enfoque curatorial apologético del llamado “arte contemporáneo” y las técnicas no tradicionales, no deja de sorprender que las 50 obras exhibidas más de la mitad han sido realizadas respetando técnicas y modelos de representación tradicionales.

B)  Se requieren jurados competentes, no solo curadores que coinciden en las mismas instituciones – no se debe ser juez y parte - y un espacio libre del control político para atraer a los creadores que completan el mundo de las artes visuales costarricenses.

C)  La transformación del salón desde el 2019 en un “espacio seguro” mediante el patrocinio estatal de producciones “políticamente correctas” donde ninguna minoría se sienta ofendida puede operar en ámbitos universitarios y gubernamentales controlables, pero es inconveniente en el medio artístico, en general, a menos que decidamos volver a experimentar la depuración autoritaria de la derecha o de la izquierda.

Una vez más, la complacencia ideológica ha gravitado, inexorable, sobre la selección, premiación y exhibición en esta edición, confirmando la “sociedad de facto” entre el MAC y el MADC que dominan no solo su jurado sino la construcción de falsas narrativas (llámese lectura, fallo, o curaduría) para poder justificar la inversión de más de 21 millones de colones que pagamos todos los costarricenses.

La afiliación de signatarios a la agenda ideológica de moda continúa en el circuito oficial mediante el posicionamiento de una producción sociocultural que parece inmersa en un salón de espejos donde mutuamente se reflejan imágenes descontextualizadas de la realidad.

Por otra parte, el hecho de que el jurado tome en cuenta “la calidad del montaje…y la interlocución de los contextos” en sus deliberaciones para alcanzar un fallo resultan inaceptables por injustas como parámetros para una evaluación final de las obras preseleccionadas, dado que en general la exhibición pública evidencia una curaduría aséptica e inocua que intenta vanamente disimular la pérdida de norte del evento.

Hoy como hace dos años, es necesario demandar una confrontación estética tangible entre diversas narrativas representativas del contexto nacional, quehacer técnico y conceptual de artistas tanto veteranos como noveles en el SNAV. De otra manera este seguirá siendo un terreno estéril para el fomento de las artes visuales caracterizado por una participación melindrosa, un jurado sin independencia y diversidad de criterios en un entorno crecientemente complaciente y banal.

 Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC, AICA

Notas:

1. “Política Nacional de Derechos Culturales 2014-2023” establecida mediante el Sistema Nacional de Protección y Promoción de Derechos Culturales aprobado mediante el decreto Nº 38120-C del 17/12/2013 y el decreto No 43132-C aprobado en la administración Alvarado que estableció el “Reglamento para la Convocatoria, Celebración y Premiación del Salón Nacional de Artes Visuales” que declara la inclusividad de todas las manifestaciones de artes visuales tradicionales, modernas y contemporáneas, pero en su Artículo No 4 “respetuosa de la diversidad, velará porque toda postulación que pretenda acceder a la exposición y premiación, no tenga dentro de sus contenidos, objetivos o discursos que fomente el odio y/o la discriminación de las personas por razones de etnia, raza, edad, religión, afiliación política, preferencia deportiva, nacionalidad, género, orientación sexual o identidad de género o cualquier otra condición social o personal”.

2. Flores Zúñiga, Juan Carlos (22 de julio, 2022). SALÓN NACIONAL DE ARTES VISUALES 2019: Caos determinista. Ars Kriterion E-Zine. https://arskriterion.blogspot.com/2019/08/salon-nacional-2019-caos-determinista.html 

3. Museo de Arte Costarricense (2025). SN 25. Impreso. SN5. Salón Nacional de Artes Visuales. MAC, Sabana, San José. P.2

4. Flores Zúñiga, Juan Carlos (22 de julio, 2022). SALÓN NACIONAL DE ARTES VISUALES 2022: Miedo a la Libertad. Ars Kriterion E-Zine. https://arskriterion.blogspot.com/2022/07/salon-nacional-de-artes-visuales-2022.html

5. Flores Zúñiga, Juan Carlos (30 de noviembre, 2018). CRÍTICA DE ARTE: Haciendo una diferencia a la vez. Ars Kriterion E-Zine https://arskriterion.blogspot.com/2018/11/critica-de-arte-haciendo-una-diferencia.html

6. Museo de Arte y Diseño Contemporáneo. 8/07/2024. Boletín.  https://www.madc.cr/index.php/es/node/2071 

7. Flores Zúñiga, Juan Carlos (10 de setiembre, 2022). Crítica al Salón Costarricense de Artes Visuales 2021-2022. Revista MEER Internacional. https://www.meer.com/es/70687-critica-al-salon-costarricense-de-artes-visuales-2021-2022  

8. Costa Rica, Museo de Arte Costarricense. (2024, 6 de diciembre). Acta No 1 del Jurado Salón Nacional de Artes Visuales 2025.

9. Kuspit, Donald, 2006. "El fin del arte". Ediciones Akal

10. Goldstein, R. JUST SAY NOH: THE ESTHETICS OF BANALITY. Art Forum January 1988. Volumen 26, No. 5. P.81. https://www.artforum.com/features/jusy-say-noh-the-esthetics-of-banality-205822/

11. Ibid. P. 81

12. Baudrillard, Jean (2006) El complot del arte: ilusión y desilusión estéticas. Amorrortu Editores, Buenos Aires, Argentina.

13. Ortiz Cubero, Laura. (2 de julio, 2025).  Tres perspectivas ganadoras. UNA Comunica, Heredia. https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/julio-2025/6207-tres-perspectivas-ganadoras

14. Flores Zúñiga, Juan Carlos (16 de julio, 1985). COLECTIVA PROFESORES UCR: Confrontación para Oficio y Academia. Ars Kriterion E-Zine. https://arskriterion.blogspot.com/1985/07/colectiva-profesores-ucr-confrontacion.html

15. Flores Zúñiga, Juan Carlos (1 de noviembre, 2019). ARTES VISUALES DE LOS 70s: Violenta nostalgia. Ars Kriterion E-Zine. https://arskriterion.blogspot.com/2019/11/artes-visuales-de-los-70s-violenta.html

Comentarios

AICA Costa Rica dijo…
Una crítica que revisa seriamente la organización del salón, la homogeneidad del jurado y los resultados irregulares de la selección y la premiación. Muchas gracias.
Coaching en Transiciones dijo…
Dicen que la insistencia logra lo que el amor no consigue. Su perseverancia en la revisión crítica del salón nacional es medular. Las cosas tienen que cambiar para bien.
Roberto Murillo dijo…
Lo lei Juan Carlos. Excelente aporte al análisis de este salón

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