JOSE MIGUEL ROJAS: Preso de la ciudad
Exposición individual del artista José Miguel Rojas González (San José, n.1959): “Los Insepultos- Segunda Parte". 24 Obras en técnicas mixtas. Plaza de la Cultura. 7 de Julio, 1985, de martes a domingo.
La tela aguarda inexpresiva el contacto que la transformará en testigo de lo efímero que un joven menudo, de anteojos redondos, estima como arte.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC (Miembro de AICA)
La tela aguarda inexpresiva el contacto que la transformará en testigo de lo efímero que un joven menudo, de anteojos redondos, estima como arte.
Sin pincel ni espátula, chorrea directamente
el pigmento sobre la superficie haciendo caso omiso de la razón para que
prevalezca la espontaneidad de sus impulsos como si un dictado mental, sin
control, guiará sus movimientos
distribuyendo colores, una y otra vez.
El costarricense José Miguel Rojas González
(n. 1959) observa emocionado el resultado: manchas de color mezcladas
aleatoriamente, sin forma reconocible, pero que permiten intuir violencia,
angustia, opresión y soledad.
Sus obras, creadas sobre el suelo, recurren
al gran formato, que permite a los pigmentos, la tiza pastel, el acrílico, el
grafito y el óleo expandirse casi ilimitadamente.
“No me preocupa lo que pueda pensar la gente cuando realizo mis obras”, explica Rojas, para quien el afecto que
causan el ser exhibidas si es importante.
En la calle “la gente te agrede, te abofetea con sus actos de hostilidad reprimida
y el temor te persigue”, asevera. A modo de ilustración recuerda la
anécdota de un grupo de jóvenes que, desde un auto en movimiento, se bajaron
los pantalones para mostrar su trasero a “gente
decente” que aguardaba en parada de buses.
Por ello,
se ocupa de mostrar su interpretación y vivencias existenciales por
medio de dos lenguajes reconocibles en su actual exposición de la Plaza de la Cultura
de San José: uno conceptual que incorpora al público-espectador mediante
efectos pictóricos que llaman la atención de este y se prestan para una libre
interpretación, y otro, simbólico, donde los contenidos tienen mayor peso y se expresan
en figuras angustiadas, temerosas y tristes, las más de las veces.
En general, su trabajo artístico apunta lo
individual de los habitantes de la ciudad que llama “insepultos”, mediante
técnicas mixtas cuya realización es su propio fin. En otras palabras, no
importa tanto el resultado final, pero si la forma cómo la obra se produce
mezclando, por un lado, el impulso espontáneo y por otro, el control de la
inteligencia al guiar el chorreo de los pigmentos recuperando rugosidades
mediante la frotación con lápiz –“frottage”- de superficies naturales.
Otro tanto ocurre con el “collage”, donde la
combinación de diversos elementos sobre diferentes soportes (lienzo, manta,
gangoche o papel), crea una dialéctica de los materiales, la cual comunica
nuevas realidades del espectador.
Miguel Rojas admite la influencia en su obra
del “action painting” de Jackson Pollock, para quien el cuadro resultante es
una consecuencia y no un fin propuesto de antemano; también la de Antoni Tapies
en su exploración de las texturas en los materiales (matérico).
Este autor costarricense es, pese a su instrucción
académica, un autodidacta en sus conceptos plásticos.
Por razones de tiempo y espacio la mayor
cantidad de sus obras las confecciona en horas de la noche y la madrugada, lo
que influye, a menudo, en su expresión final.
“Cuando aplico pintura, me despreocupo de todo, adquiero sensaciones
cuando empieza a emerger el tema y la forma de la superficie sobre el suelo en
un proceso incontrolable” declaró Rojas.
Es cierto, agregó “puedo resultar efectista en mi exposición, pero ello me tiene sin
cuidado porque es una cualidad buscada para actuar en la gente”.
No debe extrañar entonces que en el catálogo
de su anterior muestra -la primera de los “insepultos”- (son tres partes)
escribiera: “El arte es la sed del hombre
por ir de lo terrenal a lo eterno, el triunfo de la permanencia humana sobre la
tierra, es lo efímero eternizado”.
El límite de su creación es el de los
ciudadanos “atrapados en un solo paisaje:
la ciudad”.
Juan Carlos Flores Zúñiga, M.A., BSc, CPLC (Miembro de AICA)
Fuente:
Rumbo Centroamericano. SINABI (2017), p.19. Publicado en el No 35 de la Revista
Rumbo de Julio, 1985. Revisado por el autor el 3 de Abril, 2018.
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